Recorre las calles vibrantes de Shibuya con un guía local, prueba yakitori recién hecho, disfruta sake auténtico en izakayas escondidos y recibe consejos reales para comer en Tokio más allá del tour. Risas, sabores nuevos y sorpresas que recordarás mucho después de cenar.
“No se puede apresurar un buen yakitori,” nos decía nuestro guía Jun, pinchando las brochetas con esa concentración que solo tienen quienes llevan años haciéndolo. Acabábamos de meternos en un local diminuto en una de las calles secundarias de Shibuya — si hubiera ido solo, seguro que lo habría pasado de largo. El aire estaba impregnado de ese aroma a pollo a la parrilla con un toque de salsa de soja. Alguien detrás se reía tan fuerte que casi derrama su cerveza. Era como si nos hubiéramos colado en una fiesta local, y a nadie parecía importarle.
Empezamos en Hachiko — esa famosa estatua del perro que Jun llama “el punto de encuentro de almas perdidas en Shibuya.” Cruzar el famoso cruce peatonal fue surrealista (intenté contar a la gente, pero me rendí). De repente, nos metimos en los callejones estrechos de Center-Gai, con neones por todos lados, pero dentro del primer izakaya todo era madera, charlas y esas toallitas calientes que te dan antes de comer. Me quemé la lengua con el primer sorbo de sopa de miso — típico en mí — pero valió la pena. Luego llegó la tempura: ligera como una pluma, nada grasosa. Todavía recuerdo ese crujido.
Dogenzaka se sentía más bullicioso, aunque las calles eran aún más estrechas. Jun nos llevó a otro sitio donde el chef solo asintió y deslizó platos hacia nosotros: tonkatsu crujiente y unos pequeños rollos de sushi que sabían mucho más frescos que cualquier cosa que haya probado en casa. Probamos dos tipos de sake (“¡Decid ‘kanpai’!” nos animó Jun) y seguro que arruiné la pronunciación. A nadie le importó; todos rieron y chocaron vasos otra vez.
Me fui lleno — no solo de comida, sino de esos pequeños momentos: el vapor en mis gafas al entrar; las mesas pegajosas; historias de salarymen relajándose después del trabajo; Jun anotando más restaurantes en mi mapa para después. Hay algo especial en que te guíe alguien que conoce cada atajo y cada menú escrito a mano en Shibuya. Por una noche te sientes menos turista, ¿sabes?
El tour incluye visitas a cuatro paradas de comida local en Shibuya.
Sí, durante el tour se sirve suficiente comida para una cena local completa.
La experiencia incluye dos bebidas de cortesía, con opciones alcohólicas y sin alcohol.
Sí, el recorrido incluye cruzar el famoso Shibuya Scramble Crossing.
El guía lleva a izakayas auténticos en las calles secundarias de Shibuya, poco visitados por turistas.
Sí, un guía local experto y de habla inglesa acompaña al grupo por Shibuya.
Sí, hay transporte público disponible cerca del lugar donde comienza el tour en Shibuya.
Tu noche incluye cuatro paradas en auténticos locales de Shibuya con un guía de habla inglesa; suficiente comida para una cena completa más dos bebidas gratis—alcohólicas o no—y muchos consejos para seguir descubriendo dónde comer en Tokio después del tour.
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