Te sumergirás en la preparación de ramen en Kabukicho con guías locales que te acompañan paso a paso: desde elegir el caldo, saltear los ingredientes y armar tu bowl. Habrá risas por las barreras del idioma y muchas manos a la obra antes de sentarse a almorzar juntos. Es una experiencia relajada, sabrosa y que te deja algo más que el estómago lleno.
No esperaba que la cocina oliera así: a ajo tostado, un poco a cerdo ahumado y algo dulce que no lograba identificar. Estábamos en pleno Kabukicho, con los neones parpadeando afuera, pero adentro éramos solo nosotros y un par de locales que nos enseñaban a preparar ramen. La instructora sonrió cuando dudé sobre qué base de sopa elegir (me decidí por la que ella señaló, sin saber muy bien qué era). Hablaba casi todo en japonés, así que usamos una app para traducir las partes más difíciles — fue divertido, porque a veces salían cosas sin sentido y nos reíamos todos.
La experiencia no era ponerse a hacer fideos desde cero (menos mal), sino más bien aprender a combinar sabores y texturas. Yo salteé mi propio topping de carne —un bife que chisporroteaba en la sartén— y luego intenté armar el bowl como en Instagram. Ni cerca. Pero nadie se preocupó; el equipo solo asentía con ánimo mientras otro invitado intentaba poner un huevo encima (se le resbaló). Todo fue muy relajado, como cocinar con amigos que acabas de conocer.
Sentarse a comer lo que habíamos preparado fue sorprendentemente gratificante. El caldo era intenso —una receta secreta, según me contaron— y noté un leve aroma a jengibre que subía con el vapor. Afuera se escuchaban sirenas lejanas y la lluvia golpeaba la ventana. Todavía recuerdo ese primer bocado; quizás era hambre o simplemente Tokio metiéndose bajo mi piel. Si buscas una clase de ramen en Shinjuku fácil y auténtica para un día, esta es la indicada.
Sí, los pasos son sencillos y cualquiera puede seguirlos, incluso sin experiencia previa.
No, se omiten esas partes largas y te concentras en armar tu bowl con ingredientes ya preparados.
Los caldos llevan cerdo, pollo y res; los detalles exactos son secretos porque es su receta especial.
Algunos empleados hablan inglés básico; usan un traductor cuando es necesario.
Sí, comes el ramen que preparas durante la clase.
Sí, pero los menores de 20 años deben ir acompañados por un adulto.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
La clase es en Kabukicho, Shinjuku, accesible fácilmente en transporte público.
Tu día incluye todos los impuestos y tarifas para la clase de ramen en Kabukicho. Contarás con la guía de locales mientras eliges tu caldo, salteas los ingredientes, armas tu bowl y disfrutas tu almuerzo antes de volver al bullicio de Shinjuku.
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