Viaja desde Tokio al Monte Fuji con un guía en español, siente la bruma de las cascadas Shiraito y prueba snacks durante el camino. Camina por el bosque Aokigahara, contempla el lago Motosu como en el billete japonés y comparte risas en un pueblo de montaña. Momentos auténticos y una nueva forma de ver el Fuji.
“¿Listos para ver la cara de Fuji-san?” Así nos preguntó nuestro guía, Miguel, mientras nos apretujábamos en la furgoneta a las afueras de Tokio. No sabía qué responder porque, para ser sincero, solo había visto el Monte Fuji en fotos o en ese billete de ¥1,000 (que Miguel luego sacó para comparar). El aire estaba fresco pero nada frío; se olía a pino y a algo dulce que venía de una panadería cerca de la estación. Partimos antes de que la ciudad terminara de despertar.
El camino hasta las cascadas Shiraito fue más largo de lo que esperaba, quizás porque Miguel no paraba de sacar snacks de su mochila (dice que los onigiris de las tiendas de conveniencia son todo un arte). Las cascadas eran más ruidosas de lo que imaginaba, con el agua cristalina cayendo sobre las rocas negras. Algunos nos mojamos solo por quedarnos muy cerca. Hubo un momento divertido cuando una señora mayor del grupo intentó pronunciar “Shiraito” y todos nos reímos, incluso una pareja local que hacía picnic cerca. La risa suena igual en cualquier idioma, ¿verdad?
Después, en el lago Motosu, Miguel nos mostró cómo el reflejo del monte parecía casi falso, como si alguien lo hubiera pintado para los turistas. Me dio un billete de ¥1,000 para comparar justo en la orilla. El viento se levantó y recuerdo que mis manos olían a agua fría y crackers de arroz. Paseamos por el pueblo Iyashi no Sato; algunos tejados todavía olían a humo de estufas de leña antiguas. La comida fue sencilla pero rica, sin complicaciones, solo cuencos de fideos que sorbíamos mientras los niños corrían entre las casas jugando.
No estaba seguro de qué sentiría en el bosque Aokigahara, el “mar de árboles” con sus historias pesadas, pero la verdad es que era más tranquilo que cualquier otro lugar donde estuvimos ese día. Solo se escuchaba el crujir de las hojas bajo los zapatos y a Miguel contando leyendas que le habían contado los lugareños que crecieron cerca. Hay algo en caminar bajo esas ramas retorcidas que te invita a susurrar también. Terminamos dando de comer a los cisnes en Kawaguchi-ko mientras las nubes volvían a envolver la cima del Fuji. A veces sigo pensando en ese silencio del bosque, ¿sabes?
Sí, el tour es completamente guiado en español.
Incluye las cascadas Shiraito, el lago Motosu, el pueblo Iyashi no Sato, Kawaguchi-ko (lago Kawaguchi) y el bosque Aokigahara.
Sí, durante todo el día se proporcionan bebidas y snacks para los participantes.
No, no se menciona recogida en hotel; los participantes se encuentran en un punto cercano con acceso a transporte público.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
El tour dura todo el día con varias paradas en lagos y pueblos alrededor del Monte Fuji.
Sí, el itinerario incluye una caminata por el bosque Aokigahara.
Se hace una parada en un pueblo ancestral donde se puede comprar comida típica japonesa; la comida no está incluida, pero sí los snacks.
Tu aventura de día completo cubre todas las entradas, además de bebidas y snacks durante el recorrido. Tendrás tiempo para comprar comida en un pueblo tradicional de montaña antes de regresar, y todo con un guía en español que mantiene el ambiente animado (y siempre con provisiones).
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