Recorrerás el barrio Gion de Kyoto, luego el callejón Pontocho y acabarás en el vibrante Nishiki Market probando siete delicias—piel de tofu, encurtidos, tortilla dulce—y un brunch en un rincón escondido con tu guía local. Risas, sabores nuevos y historias que se quedan contigo mucho después.
No esperaba comenzar el día perdiéndome entre las tranquilas callejuelas de Gion — había un silencio especial, solo el suave sonido de unas sandalias geta a lo lejos y un leve aroma a incienso que salía de un santuario cercano. Nuestra guía, Yuki, no paraba de señalar detalles que seguro me habrían pasado desapercibidos (como el significado de las linternas según quién vive allí). Intenté no mirar demasiado a una maiko que pasaba apresurada, pero siendo sinceros, es difícil no hacerlo.
Luego llegó el callejón Pontocho — estrecho, con sombras y un aire misterioso incluso a plena luz del día. Justo fuera de la vista corre un río, y se ven destellos de sol reflejados en el agua entre viejos edificios de madera. Yuki nos contó historias sobre el entrenamiento de las geishas y nos señaló un bar pequeñito donde su tío a veces canta karaoke. Todavía me cuesta creer que haya gente que viva toda su vida escondida en rincones así.
Después, Nishiki Market me golpeó como una ola — ruido, olores y colores por todas partes. Paramos para la primera degustación (creo que fue yuba) y definitivamente me costó manejar los palillos. Los encurtidos tenían un sabor mucho más intenso de lo que esperaba; Li se rió cuando intenté pronunciar “shibazuke” en japonés — seguro lo dije fatal. En total probamos siete cosas: tortilla dulce en un palito, piel de tofu caliente, un pescado a la parrilla salado y perfecto. El aire olía a salsa de soja y masa frita casi todo el tiempo. Cuando nos sentamos a almorzar en un restaurante pequeño detrás de una cortina noren, sentí que me daba vueltas la cabeza (pero para bien). Hay algo especial en compartir mesa con locales que te hace sentir menos turista por un rato.
Sigo pensando en ese momento cuando Yuki me dio una pequeña bola de arroz envuelta en hoja de bambú — me contó que era lo que su abuela le preparaba para el almuerzo en la escuela. Quizá por eso los tours gastronómicos en Kyoto se sienten distintos; no es solo comer, sino entender por qué los sabores aquí son como son. Si tienes curiosidad o simplemente hambre, esta excursión por Nishiki desde Gion vale mucho la pena — aunque nunca domines del todo los palillos.
El tour incluye 7 degustaciones diferentes más un brunch en restaurante.
No, no incluye recogida; hay opciones de transporte público cerca.
Sí, es apto para todos, aunque algunos lugares no son accesibles para silla de ruedas o cochecitos.
No se puede garantizar opciones libres de alérgenos o gluten; puede que no haya sustituciones en todos los sitios.
La visita guiada dura aproximadamente 3 horas.
Se recorren el distrito Gion, el callejón Pontocho y el mercado Nishiki.
Tu mañana incluye tres horas con un guía local certificado que te lleva por Gion y Pontocho antes de probar siete especialidades dentro de Nishiki Market; durante el paseo se toman fotos y el brunch se sirve en un restaurante local antes de terminar la aventura.
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