Entra en una casa de 170 años en Kagoshima para disfrutar un íntimo baile en tatami con Sumiyoshi Shachu. Saborea té sencha local y dulces de temporada mientras ves de cerca el elegante Ozashiki Odori—aunque no hables japonés, los gestos y sonrisas lo dicen todo. Calidez humana y animal, y un recuerdo que perdura.
No sabía muy bien qué esperar cuando entré en aquella antigua casa de madera en Ichiki-Kushikino, Kagoshima—solo tenía curiosidad (y un poco de nervios por mis calcetines). El lugar olía a cedro y a algo dulce, como galletas de arroz. Nos deslizamos sobre las esteras de tatami, intentando no hacer ruido. Unos gatos descansaban junto a la puerta, sin inmutarse por nuestra presencia. Nuestros anfitriones—Sumiyoshi Shachu—nos recibieron con suaves reverencias y sonrisas cálidas. No había guía en inglés, pero la verdad es que no importó; todos asentíamos y reíamos mientras nos presentaban.
Lo principal aquí es el Ozashiki Odori—el baile tradicional en la sala de tatami. Nunca había visto algo así. Las mujeres vestían hermosos kimonos (todavía me impresiona la gracia con la que se movían), y una de ellas nos contó parte de la historia del baile en japonés. Capté la mitad, pero usaba gestos que ayudaban a entender. Alguien me pasó una taza de té sencha caliente—tan verde que parecía brillar—y un dulce de temporada, delicado y con sabor floral. Hubo un momento en que todo se volvió muy silencioso, solo se escuchaba el suave rasgueo del shamisen. Es difícil explicarlo, pero parecía que el tiempo se detuvo un instante.
Intenté preguntar sobre la historia usando la app traductora del móvil (que funcionó casi siempre, excepto cuando pregunté por “verduras que bailan”—eso hizo reír a Li). Me contaron que estas reuniones eran para que las mujeres aprendieran etiqueta antes del matrimonio—ceremonia del té, música, baile—todo en salas como esta. Se sentía el orgullo que tenían por mantener viva esta tradición; hasta sus mascotas parecían parte del ritual.
Después nos quedamos un rato más tomando té mientras una de las bailarinas nos dejaba acariciar a su perro (que estaba muy acostumbrado a visitantes). Salir de nuevo al aire húmedo de Kagoshima fue raro después de tanta calma dentro. A veces sigo pensando en ese momento tranquilo con el shamisen—¿sabes cuando algo se queda contigo para siempre?
No, no hay guía en inglés, pero se usa inglés básico o apps de traducción si es necesario.
En una casa japonesa tradicional de 170 años en la ciudad de Ichiki-Kushikino, Kagoshima.
Incluye la tarifa de participación más café o té con dulces de temporada.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Sí, hay gatos, perros, pájaros y otros animales en la casa.
Por favor, llega al menos 10 minutos antes de la hora reservada.
Sí, es apta para cualquier nivel de condición física.
Sí, debes presentar tu pasaporte o identificación al llegar.
Tu día incluye la tarifa para participar en el baile tradicional en tatami de Sumiyoshi Shachu dentro de una histórica casa de Kagoshima, además de café o té sencha local con dulces de temporada durante la visita.
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