Saborea Venecia recorriendo el Mercado de Rialto con un guía local, prueba cicchetti en animados bacari, disfruta vinos regionales durante el almuerzo y pasea por callejones escondidos junto a la casa de Marco Polo y campos llenos de vida. Risas, sabores nuevos y escenas cotidianas que no verás en ninguna guía.
¿Alguna vez te has preguntado cómo huele Venecia al mediodía, justo al lado del Mercado de Rialto? No es solo pescado (aunque hay mucho)—es esa mezcla de aire salino, limones cortados y algo frito que se escapa de un bacaro cercano. Nos encontramos con nuestra guía, Giulia, bajo la sombra del Puente de Rialto, donde nos saludó con una sonrisa y un “¿Pronti?” Yo ya tenía hambre, para qué mentir. Nos llevó al mercado, donde los vendedores gritaban precios de cangrejos blandos y alcachofas pequeñitas. Intenté decir ‘canocchie’ (camarón mantis) pero seguro lo dije mal—Giulia se rió y me dio una mini clase. Todo el lugar vibraba de vida, aunque algunos puestos estaban cerrados por ser lunes.
Después nos metimos en una de esas callejuelas estrechas—¿calle?—donde apenas caben dos personas. El grupo entró en un bar diminuto lleno de locales en su pausa de almuerzo. La barra estaba repleta de bandejas con cicchetti: pequeños tostones con baccalà mantecato o anchoas con cebollas en vinagre. Tomé uno con bacalao cremoso y di un bocado—la textura era diferente a todo lo que había probado, suave pero sin deshacerse. Brindamos con copas de vino blanco frío (Giulia dijo que era de las colinas del Véneto), y por un momento todo afuera se volvió silencioso, salvo el ruido de platos y alguien tarareando detrás de la barra.
Paseamos junto a la antigua casa de Marco Polo—no esperaba que estuviera tan escondida—y luego salimos al Campo San Bartolomeo, donde unos niños jugaban a la pelota cerca de la estatua. Giulia nos señaló las extrañas caras de piedra talladas sobre las ventanas venecianas; nunca me había fijado. La última parada fue justo al lado del Gran Canal, con el sol reflejándose en el agua verde mientras terminábamos el postre (algo con nueces—olvidé el nombre, pero recuerdo ese crujido dulce). Cuatro horas pasaron volando, pero ahora, cuando pienso en Venecia, son esos pequeños momentos los que me vienen a la mente más que cualquier postal.
El tour dura aproximadamente 4 horas.
Sí, el almuerzo está incluido durante el recorrido.
Probarás cicchetti locales—pequeños platos venecianos—y vinos regionales.
Sí, visitarás sitios como el Puente de Rialto, la casa de Marco Polo, Campo San Bartolomeo y caminarás junto al Gran Canal.
Se pueden adaptar opciones vegetarianas si se avisa con antelación.
Los niños pueden participar, pero deben ir acompañados de un adulto; los bebés pueden ir en cochecito o carrito.
El tour se hace con lluvia o sol.
El mercado de pescado cierra domingos, lunes y festivos.
Tu día incluye paseos guiados por los mercados y barrios de Venecia, degustaciones de cicchetti acompañados con vinos regionales para el almuerzo, y relatos de tu guía local mientras exploras lugares icónicos como el Puente de Rialto y la casa de Marco Polo, terminando junto al Gran Canal.
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