Camina por las históricas salinas de Trapani con un guía local, prueba sales únicas justo donde se producen, visita un molino antiguo convertido en museo y pasea por senderos tranquilos donde a veces aparecen flamencos. Momentos de calma y una nueva mirada a lo que llega a tu mesa.
Apenas habíamos salido del puerto de Trapani cuando el aire cambió: un olor fresco y punzante, como el mar pero más denso. Marco, nuestro guía, nos invitó a subir al minivan y señaló los viejos molinos antes de llegar a Maria Stella, la primera salina. Nos contó que esos molinos llevan aquí desde el siglo XV. Intenté imaginar a todas esas generaciones recogiendo sal bajo este mismo sol. Hacía más calor del que esperaba para primavera, pero la brisa del agua lo hacía llevadero. Se escuchaban aves, flamencos según Marco, aunque yo solo vi destellos rosas a lo lejos.
En Salina Chiusicella, Marco nos explicó paso a paso cómo el agua de mar se convierte en sal. Dibujó líneas en la arena—literalmente—y luego se rió de su propio dibujo. Los estanques parecían pintados: de azul pálido a blanco lechoso al secarse. Había una calma extraña; nadie habló por un par de minutos, solo un garza graznando detrás de nosotros. Creo que ese silencio fue lo que más me quedó de ese día.
La última parada fue Culcasi, el molino más antiguo convertido en museo. Dentro olía a madera vieja y algo mineral, dulce y tenue. Probamos diferentes sales: cristales gruesos entre mis dedos y esa delicada “flor de sal” con naranja y romero (quizá me pasé). Marco sonrió cuando tosí con la de limón —dijo que los locales la usan para el pescado, pero “¡sin exagerar!”—. El paseo entre las salinas después fue casi meditativo; solo nuestros pasos y el viento sobre el agua poco profunda. No dejaba de pensar en todo el trabajo que hay detrás de algo tan básico como la sal, te hace ver tu cocina con otros ojos.
El recorrido incluye tres salinas, visitas al museo y catas; dura varias horas incluyendo el transporte.
Sí, se ofrece un minivan con aire acondicionado durante toda la excursión.
Sí, probarás distintos tipos de cristales de sal y flor de sal aromatizada.
Es posible avistar flamencos, garzas, garcetas y otras aves en la reserva.
Sí, la entrada al molino antiguo convertido en museo de la sal está incluida.
Se admiten bebés y niños pequeños; hay cochecitos y asientos especiales disponibles.
El punto de encuentro es en vía Almirante Staiti n°101 (estación de bomberos), en el puerto de Trapani.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante el tour.
Tu día incluye recogida en el centro de Trapani en minivan, paseos guiados por tres salinas históricas en Paceco y Nubia, entrada al molino Culcasi convertido en museo con todas las entradas incluidas, además de catas de sales naturales y aromatizadas por senderos tranquilos antes de regresar juntos al pueblo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?