Probarás auténticos vinos Brunello en una bodega familiar, compartirás el almuerzo con locales en su terraza (pasta casera y queso fresco), y disfrutarás de las vistas ondulantes de Val d’Orcia—todo sin preocuparte por conducir o planear nada.
El aire de la mañana estaba fresco cuando llegamos a la pequeña bodega a las afueras de Montalcino. Nuestro guía, Matteo, nos hizo señas con la mano—tiene esa facilidad para hacerte sentir como un viejo amigo. Dentro de la bodega, olía ligeramente a barricas de roble y uvas aplastadas. Caminamos entre filas de botellas mientras Matteo nos explicaba cómo se elabora el Brunello—al parecer, aquí la paciencia es todo. ¿La degustación? Tres tintos, cada uno con su carácter. Me gustó más el segundo—un toque de cereza y un poco de tierra. Se nota que estas personas realmente aman lo que hacen.
La siguiente parada fue una granja escondida detrás de una hilera de cipreses. El dueño, el señor Paolo, nos recibió en la puerta con una sonrisa y nos llevó directo a su bodega de vinagre balsámico. Contó historias sobre cómo su padre empezó con la primera barrica hace décadas—incluso hay una foto antigua en la pared. Almorzamos en la terraza; se podía ver hasta el Monte Amiata si entrecerrabas los ojos más allá de los olivares. La pasta era sencilla pero perfecta—la esposa de Paolo la había hecho esa misma mañana—y había queso Pecorino tan fresco que crujía entre los dientes. Aceite de oliva rociado por todo, intenso y herbáceo. El postre llegó con una cucharada del vinagre más viejo de Paolo—dulce y ácido a la vez.
De regreso hacia Siena, nos detuvimos donde nos llamó la atención—un campo de amapolas aquí, una antigua capilla de piedra allá. La luz en Val d’Orcia se vuelve dorada al final de la tarde; es difícil no querer quedarse un rato más para una foto más.
No, el almuerzo en la granja se paga por separado en el lugar. Vale la pena por la comida casera y los sabores locales.
La experiencia suele durar casi todo el día—planea unas 7-8 horas incluyendo el traslado desde Siena.
¡Sí! Solo avísanos con anticipación para que la familia de Paolo prepare algo especial para ti.
Por supuesto—tendrás oportunidad de comprar vino en la bodega y productos locales en la granja si quieres.
Tu conductor privado te recoge en Siena en un vehículo con aire acondicionado. La degustación en una bodega boutique está incluida. Todos los traslados entre paradas están cubiertos—solo relájate y disfruta cada bocado y sorbo en el camino.
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