Cambia el ruido de la ciudad por la tranquilidad de una villa en Sorrento donde amasarás pizza, prepararás pasta fresca, probarás tus propios gnocchi alla Sorrentina y terminarás con tiramisú y limoncello caseros en una terraza soleada. Risas en la cocina, historias locales y la satisfacción de compartir comida hecha por ti.
Recuerdo perfectamente cómo la lanzadera subía por esas carreteras estrechas fuera de Sorrento: un momento esquivábamos scooters y al siguiente estábamos en una antigua villa rodeada de limoneros. El aire olía a tierra mojada y cáscaras de cítricos. Nuestra guía, Giulia, nos llamó con las manos llenas de harina. Tenía esa naturalidad que hace que parezca que la conoces de toda la vida. Yo estaba nervioso por amasar (mi último intento en casa fue un desastre), pero ella sonrió y dijo: “Tranquilo, aquí lo importante es disfrutar.”
Empezamos con la pizza napolitana, en un horno de leña que crepitaba tan fuerte que me sobresalté la primera vez que alguien metió su pizza. Mi masa quedó un poco irregular, pero a nadie le importó; Giulia me enseñó a estirarla sin romperla. Intenté pronunciar “mozzarella” como ella y todos se rieron (todavía no sé si lo logré). Luego pasamos a hacer tagliatelle y gnocchi alla Sorrentina, con las manos pegajosas de harina y patata. Hubo un momento en que la luz del sol entró por la ventana de la cocina justo en el ángulo perfecto, iluminando el polvo mientras estirábamos la pasta juntos. Fue un instante que parecía detenido en el tiempo.
El almuerzo fue en la terraza con vistas a las colinas; la comida sabe diferente cuando la haces tú mismo, ¿verdad? Los gnocchi estaban suaves como almohadas y la salsa tenía ese sabor profundo de cocción lenta que nunca consigo en casa. Alguien pasó una botella de limoncello casero (más fuerte de lo que esperaba) y luego tiramisú con un café tan intenso que casi no necesitaba azúcar. Compartimos historias con otra pareja de Milán mientras Giulia nos contaba las recetas de su abuela, que ella llama “tesoros de familia”. Toda la experiencia se sintió más como ser invitado a una casa que como una clase cualquiera.
Sí, el transporte privado está incluido desde la estación de Sorrento hasta la villa y de regreso.
Harás pizza al estilo napolitano, tagliatelle con salsa boloñesa, gnocchi alla Sorrentina, tiramisú y limoncello casero.
Sí, disfrutarás de un almuerzo completo con todos los platos que preparaste durante la clase.
Incluye refrescos y limoncello durante el almuerzo.
Sí, todas las áreas y el transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Los bebés pueden ir en cochecito y deben sentarse en el regazo de un adulto durante el transporte si es necesario.
Sí, te entregan un libro de recetas para que puedas repetir todo en casa.
Tu día incluye transporte privado ida y vuelta desde la estación de Sorrento hasta Villa del Barone, una clase práctica de cocina con pizza, pasta, gnocchi alla Sorrentina, tiramisú y limoncello (con todos los ingredientes), uso de delantal y pañuelo de chef, refrescos en el almuerzo y un libro de recetas para llevar esos sabores a casa.
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