Recorre el corazón de Roma en un sidecar Vespa con guías locales—siente el viento mientras pasas por iconos como el Coliseo y la Plaza de España, prueba un auténtico gelato en Trastevere y escucha historias en cada parada. Risas, sorpresas y momentos en los que Roma se siente cercana y personal.
Nos encontramos con nuestro conductor justo fuera del hotel, ya estaba bromeando con el portero sobre el fútbol (AS Roma contra Lazio, parece que es todo un tema). Me subí al sidecar de la Vespa sintiéndome un poco ridícula con el casco y la redecilla, pero ¿sabes qué? La brisa en la cara mientras volábamos por la Via dei Fori Imperiali me hizo olvidarlo todo. Nuestra guía, Giulia, nos llamó junto al Coliseo y señaló un lugar donde esperaban los gladiadores. Dijo que si te quedas en silencio aún se pueden escuchar ecos. Lo intenté. Quizá fue mi imaginación, pero por un momento hubo un silencio especial bajo el sol romano.
Desde el sidecar la ciudad se siente diferente: notas detalles como los gestos exagerados de los ancianos en los pasos de peatones o cómo los locales se cuelan entre el tráfico en sus scooters sin pestañear. En la Piazza Venezia, Giulia nos contó sobre los discursos de Mussolini desde ese enorme monumento blanco (ella lo llamó “la tarta de bodas”, y me hizo reír). Paramos a tomar un gelato cerca de Trastevere—el mío de pistacho, tan frío que me dolían los dientes. Cerca, niños jugaban al fútbol en los adoquines, sus gritos rebotaban en las paredes ocres desgastadas.
No esperaba que las fuentes me llamaran la atención, pero la Fontana dell’Acqua Paola en el Gianículo me sorprendió—el agua sonaba casi como música contra la piedra y se mezclaba el olor a pino con el humo de los coches abajo. La vista de Roma me dejó en silencio por un momento (aún la recuerdo). Terminamos en la Plaza de San Pedro justo cuando empezaban a sonar las campanas; Giulia sonrió y dijo que habíamos llegado en el momento perfecto, aunque creo que siempre lo planea así. En fin, recorrer Roma en un sidecar Vespa no es como ir en un autobús turístico—te sientes expuesto, vivo y parte de todo por un rato.
Sí, la recogida está incluida para tu comodidad.
El recorrido incluye Coliseo, Piazza Venezia, Panteón, Fontana dell'Acqua Paola, Plaza de San Pedro (Vaticano), Castel Sant'Angelo y Plaza de España.
Sí, hay una parada para disfrutar de un gelato en uno de los mejores lugares de Roma.
Cada sidecar tiene espacio para dos pasajeros además del conductor.
Sí, se incluyen cascos y redecillas para todos los pasajeros.
Sí, es adecuado para cualquier nivel físico.
El peso máximo por persona es 100 kg y la altura máxima 195 cm.
No, no se recomienda para mujeres embarazadas.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel o punto de encuentro en Roma; asiento propio en un sidecar Vespa conducido por un local experto; seguro; cascos y redecillas; paradas guiadas en lugares como el Coliseo y el Panteón; y una pausa para gelato en uno de los rincones favoritos de Roma antes de volver.
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