Aprenderás a amasar pasta a mano en una cocina romana, te divertirás dando forma a fettuccine y ravioli con un chef italiano, y luego disfrutarás tus platos acompañados de vino o refrescos. Termina con tiramisú casero y limoncello o café — una experiencia cálida, cercana y que te dejará sonriendo mucho tiempo.
La cocina ya estaba cálida cuando entramos — no caliente, sino ese calor acogedor que huele a harina y a mantequilla. Nuestro chef, Marco, nos sirvió unas copas de prosecco al instante (algo elegante pero que me relajó al momento). Nunca había hecho pasta desde cero, así que estaba un poco nervioso. La mesa estaba cubierta de harina y huevos, y Marco no paraba de decirnos que no nos preocupáramos por el desorden — “Así sabes que es auténtico,” decía. Eso me gustó.
Empezamos con la masa para fettuccine. Amasarla requirió más fuerza de la que esperaba — mis manos quedaron pegajosas y había harina por todos lados, incluso en mi camisa (intenté quitarla pero me rendí). Marco nos enseñó a estirar la masa hasta dejarla casi transparente. Tenía una forma de explicar que hacía que todo pareciera menos una clase y más como estar en la cocina de un amigo. Al lado había una pareja de Londres que se reía cada vez que sus fideos se pegaban. Creo que todos conectamos con nuestros raviolis de formas extrañas.
Cuando terminamos de dar forma a todo, Marco se encargó de la cocina mientras nos sentábamos con una copa de vino (o agua si preferías). Verlo preparar nuestra pasta fue sorprendentemente satisfactorio — como admirar una obra de arte propia. Cuando llegaron los platos, la mantequilla de salvia para los raviolis olía tan bien que me olvidé de sacar foto antes de atacar. Y luego llegó el tiramisú de postre — cremoso, justo dulce, con cacao que terminó en mi nariz sin darme cuenta. También trajeron vasitos de limoncello o café. Aún recuerdo ese último bocado.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, disfrutarás de los fettuccine y ravioli que hagas tú mismo.
Sí, incluye prosecco al llegar, además de vino o refrescos y agua embotellada.
Sí, se sirve tiramisú casero de postre junto con limoncello o café.
Los bebés pueden asistir; hay asientos especiales disponibles para ellos.
La clase es en Roma con un chef italiano que habla inglés.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
Tu día incluye una copa de prosecco de bienvenida al llegar a Roma, clases prácticas para hacer fettuccine y ravioli frescos con un chef que habla inglés, todos los ingredientes, una comida completa con tus platos de pasta casera acompañados de vino o refrescos y agua embotellada, además de tiramisú casero de postre con limoncello o café antes de que vuelvas a recorrer la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?