Recorre el barrio de Brera en Milán probando bocados italianos regionales, gelato orgánico, chocolate artesanal, pizza y vino. Un guía local comparte las historias detrás de cada sabor, con risas, vida callejera y momentos inesperados.
Para ser sincero, llegué tarde porque me perdí cerca de las vías del tranvía (no confíes ciegamente en Google Maps en Milán). Nuestra guía, Martina, se rió y me hizo señas como si ya nos conociéramos. El grupo ya estaba picando unos cuadritos de focaccia salada de una panadería que olía a aceite de oliva recién hecho. No esperaba empezar con pan en vez de pasta, pero esta ruta gastronómica por Milán se trata de probar distintas regiones de Italia, no solo platos locales. Ni una sola pasta, lo cual fue sorprendentemente refrescante.
Recorrimos las calles estrechas de Brera mientras Martina señalaba grafitis y contaba por qué aquí todos parecen conocerse por nombre. Nos dio pequeños conos de papel con salumi y queso, de esos que se comen de pie con los dedos. Hubo un momento en que un señor mayor gritó “¡buon appetito!” desde su balcón y todos nos reímos; todavía me acuerdo. Entramos a una chocolatería que por fuera parecía cerrada (no lo estaba), y el dueño nos dejó probar un chocolate oscuro y amargo que se derretía al instante en la lengua. Intenté decir “grazie mille” bien, pero lo arruiné — él sonrió igual.
Después llegó la pizza en un lugar que Martina llamó “la panadería chic”, aunque parecía más la sala de alguien que una panadería. La masa estaba masticable, con esas burbujas quemadas en los bordes — honestamente, mejor que muchas pizzas que he probado en Roma. Terminamos en un bar con una copa de vino local; estaba lleno y ruidoso de esa manera acogedora, con gente hablando al mismo tiempo y chocando las copas. Para entonces ya no me preocupaba llegar tarde ni pronunciar mal. Si buscas un tour gastronómico en Milán que evite las trampas para turistas pero te deje bien lleno (y quizás un poco alegre), este tiene mucho corazón.
Probarás 5-6 aperitivos italianos como salumi, queso, chocolate artesanal, gelato orgánico, pizza y más.
No, no se sirve pasta; el enfoque está en especialidades regionales más allá de la pasta.
Sí, durante la experiencia te ofrecen una copa de vino italiano local.
El recorrido es por el barrio de Brera en Milán y otra zona cercana muy interesante.
No, el punto de encuentro es en Brera.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños en cochecitos o carriolas.
La ruta es accesible para todos; hay transporte público cerca si hace falta.
Sí, los animales de asistencia son bienvenidos en este tour.
Tu día incluye cinco o seis degustaciones de bocados italianos regionales dulces y salados (como sándwiches de salumi, chocolate artesanal, gelato orgánico), una copa de vino local en un bar animado, agua embotellada durante la caminata y comida, todo guiado por un local que comparte historias mientras recorres Brera y sus alrededores.
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