Pedalea por el animado casco antiguo de Bari con un guía local, visita lugares históricos como el Castillo Svevo y la Basílica de San Nicolás, y aprende a hacer orecchiette en una cocina familiar. Disfruta tu pasta casera con vino en un almuerzo que se siente más como visitar amigos que hacer un tour.
Empezamos justo en el corazón de Bari — cerca de Piazza del Ferrarese se escuchaba a alguien discutiendo en dialecto mientras elegíamos nuestras bicicletas. Nuestro guía, Marco, saludaba a todos como si los conociera de toda la vida. El aire olía a mar con un toque de café que salía de un bar cercano. Partimos, zigzagueando por callejones tan estrechos que casi rozaba las paredes con el manillar. En un momento, un niño pequeño pasó corriendo tras una pelota; su abuela le gritaba desde atrás, pero sin parecer preocupada.
No esperaba sentir tanta historia bajo mis ruedas — literalmente. Marco nos paró junto a unas piedras antiguas que asomaban en el suelo (nos contó que eran parte de la antigua Via Appia–Traiana), y luego señaló las robustas torres del Castillo Svevo. Nos narró historias de reyes normandos y cómo el castillo protegía la ciudad de los piratas. Intenté imaginar cómo sería el ruido en esos tiempos, pero lo único que oía era a alguien friendo cebollas cerca. La siguiente parada fue la Basílica de San Nicolás — fresca y con eco en su interior, con velas parpadeando y gente persignándose rápido antes de salir.
¿Lo mejor? Dejamos las bicis frente a una puerta pequeña donde la Nonna María nos recibió como si fuéramos primos que no veía desde hace años. Su cocina olía a harina y salsa de tomate — nos enseñó a hacer orecchiette solo con los pulgares (las mías parecían más sombreritos que orejas). Se rió cuando se me cayó una al suelo — “Pasa,” dijo encogiéndose de hombros y dándome otro trozo de masa. El almuerzo fue sencillo: nuestra propia pasta con salsa, una copa de vino tinto local y pan que crujía al partirlo. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio, solo se oían los tenedores raspando los platos — aún lo recuerdo con cariño.
Sí, es para todos los niveles y cuenta con asientos especiales para bebés si los necesitas.
Sí, aprenderás a preparar pasta en casa de una familia y luego la disfrutarás en el almuerzo.
Verás Piazza del Ferrarese, Castillo Svevo, Basílica de San Nicolás y partes del casco antiguo.
Sí, bicicletas y cascos están incluidos para todos los participantes.
Sí, comerás pasta casera que preparas tú mismo junto con vino en un ambiente familiar.
Sí, los bebés pueden ir en cochecitos o en asientos especiales disponibles bajo petición.
La experiencia se lleva a cabo con cualquier condición meteorológica.
Tu día incluye uso de bicicleta y casco para recorrer el casco antiguo de Bari, guarda equipaje si lo necesitas, una clase práctica de pasta en casa de una anfitriona local y la degustación de tu pasta fresca con vino tinto antes de regresar juntos a las calles de la ciudad.
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