Recorre las calles vibrantes de Dublín con una guía local, compartiendo risas y tres platos en pubs tradicionales—desde un guiso contundente hasta pescado fresco y postres caseros. Prueba cervezas y sidras locales en cada parada y aprende a preparar tu propio café irlandés antes de pasar por la estatua de Molly Malone. No es solo comer, es sentirte parte por una noche.
No esperaba empezar la noche en medio del Powerscourt Townhouse, pero ahí estábamos, medio perdidos y medio emocionados, siguiendo el aroma del pan recién horneado y el sonido de un violín afinándose en algún piso de arriba. Nuestra guía, Aoife (rima con “Eva”—nos hizo practicar), nos hizo señas con esa sonrisa relajada típica de Dublín. Nos prometió tres paradas para una comida irlandesa de verdad y, sinceramente, ya tenía hambre.
El primer pub parecía más viejo que mi país entero. Madera oscura por todos lados, paredes llenas de fotos antiguas y carteles pintados a mano. Nos apretujamos en un rincón—al principio éramos extraños—y Aoife empezó a contarnos historias sobre la comida de Dublín mientras probábamos pan integral y un guiso espeso. La carne estaba tierna y con un toque picante, perfecta para el frío lluvioso afuera. Aquí probé mi primera sidra local; fresca y ácida, nada que ver con las que había tomado en casa. Alguien en la mesa preguntó por Molly Malone—Aoife nos dijo que está justo en Suffolk Street, por si queríamos pasar a saludar después (yo sí fui).
Después fuimos a Temple Bar—sí, es turístico pero, ¿sabes qué? La energía es increíble en el mejor sentido. Músicos en cada esquina, gente sentada en las piedras con pintas en mano. Llegó el segundo plato bien caliente: pescado tan tierno que casi se deshacía en el tenedor. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, solo se escuchaba el murmullo de las conversaciones a nuestro alrededor—disfrutando juntos de buena comida. Me encantó ese instante.
Última parada: postre y una clase para preparar café irlandés (que es más difícil de lo que parece). Mi crema flotó, pero el vertido fue un desastre—Aoife se rió conmigo. Dijo que todos fallan en el primer intento. Caminando de regreso bajo las luces de la ciudad con nuevos amigos y ese calorcito del whisky… todavía pienso en esa noche cada vez que huelo café tostado.
Sí, el tour es accesible aunque algunos locales pueden tener escaleras.
Hacen todo lo posible para atender necesidades dietéticas si avisas con antelación.
Sí, se pueden organizar tours privados bajo petición.
Incluye guía local, comida de tres tiempos en tres locales, cervezas y sidras locales, y una experiencia para preparar café irlandés.
El punto de encuentro es en Powerscourt Townhouse Centre en South William Street.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
La edad mínima es 12 años; el alcohol solo se sirve a mayores de 18.
El tour se hace con cualquier clima; se recomienda vestirse en capas.
Tu noche incluye tres platos contundentes en pubs clásicos de Dublín, cada uno maridado con cervezas o sidras locales, una guía amable que te lleva por Temple Bar y junto a la estatua de Molly Malone, además de una sesión práctica para preparar café irlandés antes de regresar juntos bajo las luces de la ciudad.
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