Recorre Atenas en tuk tuk eléctrico con un guía local, disfruta las vistas desde el Monte Licabeto y explora las calles de Plaka. Paradas rápidas en sitios antiguos como la Biblioteca de Adriano y tiempo para probar helados o snacks griegos, con recogida en hotel incluida para mayor comodidad.
Subimos a este simpático tuk tuk eléctrico justo frente a nuestro hotel en el centro de Atenas — la verdad, no sabía qué esperar, pero se sentía como si estuviéramos tomando un atajo secreto por las venas de la ciudad. Nuestro conductor, Yannis, tenía esa confianza tranquila de local y no dejaba de señalar detalles que jamás habría notado: gatos callejeros tomando el sol en escalones de mármol, un hombre vendiendo rosquillas de sésamo en la esquina. La brisa era cálida pero nada pegajosa, y de vez en cuando se colaba el aroma a carne a la parrilla o incienso de alguna iglesia escondida. Pasamos volando frente al Parlamento justo cuando cambiaban a los guardias — esas botas con pompones son reales, por cierto — y Yannis sonrió al verme embobado.
La subida al Monte Licabeto fue más tranquila de lo que imaginaba. El tuk tuk nos dejó a mitad de camino y caminamos el último tramo — solo cinco minutos, pero me cansé un poco (no me juzgues). Arriba, Atenas se extendía en todas direcciones, con sus edificios blancos cayendo hacia el mar. Había un anciano tocando bouzouki cerca de la capilla; su música flotaba sobre todo el paisaje. Me quedé allí un buen rato tratando de absorberlo todo. De bajada, paramos en el Estadio Olímpico — todo de mármol, casi brillando con la luz del atardecer. Yannis nos dejó tiempo para fotos sin apurarnos.
Me gustó lo fácil que fue pedir paradas — las calles laberínticas de Plaka parecían sacadas de un cuadro, y Yannis nos encontró un lugar pequeño para probar helado de pistacho (dijo que es “el mejor de Atenas,” y puede que tenga razón). También pasamos por la Biblioteca de Adriano y la Ágora Antigua; ruinas que conviven con tiendas y cafés normales. Era una mezcla extraña de cotidiano y mágico al mismo tiempo. Las tres horas volaron — tal vez porque no estábamos apretados en un bus ni siguiendo a un guía con bandera. Solo nosotros, un poco de agua fría del cooler de Yannis y una ciudad que vibraba en cada rincón.
El tour dura unas 3 horas desde la recogida hasta el regreso.
Sí, hay una parada en el Monte Licabeto donde se caminan cinco minutos para llegar a la cima y disfrutar las vistas.
Sí, el transporte privado con recogida y regreso al hotel está incluido.
Verás el Parlamento, la Academia de Atenas, Monte Licabeto, Estadio Olímpico, Templo de Zeus Olímpico, el barrio de Plaka, Biblioteca de Adriano, Ágora Romana y Ágora Antigua.
Sí, es ideal para familias, amigos o grupos pequeños ya que el tour es privado.
Incluye agua embotellada; también puedes disfrutar helados o snacks típicos griegos durante el recorrido.
Solo se caminan unos cinco minutos en el Monte Licabeto; el resto del recorrido es desde el tuk tuk.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de bajada.
Tu día incluye recogida y regreso privado en tuk tuk eléctrico con un guía local que te ofrecerá agua embotellada; podrás parar a probar helados o snacks griegos cuando quieras mientras exploras lo mejor de Atenas antes de volver cómodamente al punto de partida.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?