Sentado justo bajo la Acrópolis de Atenas, disfruta una cata relajada guiada por un sommelier local. Prueba cinco vinos griegos con quesos, aceitunas y bizcochos mientras escuchas historias de cada región. Aprenderás a valorar la calidad del vino y, sobre todo, te llevarás risas y sabores inolvidables.
Ya estábamos riendo antes del primer sorbo — algo en sentarse justo bajo la Acrópolis hacía que todo fuera más ligero. Nuestra guía, María, nos invitó a entrar en el atelier (ella lo llamaba su “laboratorio del vino”) y me entregó una lista con los cinco vinos griegos que probaríamos. El lugar olía a pan recién hecho y a algo herbal que no lograba identificar. Intenté pronunciar “Assyrtiko” y María sonrió — al parecer mi acento sonaba más francés que griego. Pero no le importó; simplemente sirvió la primera copa y nos contó que esas uvas venían de tierras volcánicas en Santorini.
No esperaba engancharme tanto con las combinaciones de quesos. Había un queso de oveja de Naxos con un toque fuerte que hacía que el vino pareciera casi floral, y luego unos bizcochos cretenses que seguí mordisqueando incluso cuando el plato estaba vacío. María señalaba un mapa proyectado en la pared, recorriendo con el dedo las regiones vinícolas mientras contaba pequeñas historias sobre la viña de su abuelo o cómo las aceitunas de Kalamata están en su punto óptimo en octubre. En un momento, alguien preguntó por opciones veganas y ella asintió — “No te preocupes, siempre tenemos algo.” Todo se sentía más como un grupo de amigos que una cata formal.
Cuando llegamos al quinto vino (un tinto intenso que aún recuerdo), Atenas afuera empezaba a brillar con un tono dorado a través de la ventana. Alguien bromeó con subir al Partenón después de tanto vino — no recomendado, pero sí te sientes un poco más valiente después de aprender a girar y oler como un profesional. Al irnos, María nos entregó unas hojas con notas y dijo: “Ahora conocéis el vino griego mejor que muchos atenienses.” Quizá exageraba, pero honestamente, durante esos 90 minutos bajo esa colina milenaria, parecía verdad.
La cata se lleva a cabo en un atelier único justo debajo de la Acrópolis en Atenas.
Durante la sesión probarás cinco vinos griegos diferentes.
Sí, se incluyen quesos artesanales de toda Grecia, aceitunas de Kalamata y bizcochos cretenses para maridar con cada vino.
La cata guiada dura aproximadamente 90 minutos.
Sí, se atienden todas las necesidades dietéticas, incluyendo veganas, si se avisa al hacer la reserva.
La edad mínima para beber es 18 años.
Un sommelier o experto local te guía en cada paso de la experiencia.
Sí, se incluye agua embotellada junto con los vinos y aperitivos.
Tu sesión de 90 minutos incluye la guía de un sommelier local, la cata de cinco vinos griegos acompañados de quesos artesanales de toda Grecia, aceitunas de Kalamata y bizcochos cretenses caseros; además, agua embotellada durante toda la experiencia, una lista de vinos y una hoja con notas para llevar a casa.
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