Recorre en minivan pueblos tranquilos del Valle del Loira antes de probar vinos de Vouvray directamente en bodegas locales. Toca la tierra de los viñedos con tu guía, degusta blancos espumosos y tintos maridados con quesos y charcutería, y comparte risas descubriendo nuevos sabores. Momentos auténticos, ritmo relajado, charlas reales y recuerdos que duran más que cualquier souvenir.
Confieso que casi pierdo la minivan esa mañana en Tours—no encontraba el otro zapato (clásico). Pero nuestra guía, Camille, solo sonrió cuando finalmente subí, un poco sin aliento. “No hay prisa,” dijo, “las viñas no se van a mover.” El aire del Valle del Loira era fresco pero suave, y mientras cruzábamos pueblos dormidos rumbo a Vouvray, me llegaron aromas de pan recién horneado de una panadería que pasamos—la verdad, me arrepentí de no haberme saltado el desayuno en el hotel.
La primera parada fue un viñedo donde el suelo se sentía húmedo bajo los pies. Camille nos explicó el terroir mientras recogía un puñado de tierra calcárea—nos dejó tocarla, algo que puede parecer tonto, pero que de repente hizo que todo el mundo del vino tuviera sentido para mí. El perro del productor no paraba de dar vueltas alrededor del grupo, oliendo los zapatos de todos (los míos especialmente). Dentro de la primera bodega hacía frío y olía ligeramente a piedra y manzanas. Probamos vinos espumosos de Vouvray y blancos tranquilos—cinco en total—y cada sorbo despertaba una sensación distinta en la lengua. El maridaje con queso de cabra fue… honestamente, todavía lo recuerdo.
La segunda parada fue en otra bodega familiar—menos pulida pero con un ambiente más cálido. Sus tintos me sorprendieron; no esperaba que me gustaran tanto. Hubo un momento en que alguien intentó pronunciar “rillettes” y el dueño se echó a reír (no diré quién). Probamos charcutería con los vinos; los rillons eran salados y llenos de sabor. Para entonces, las conversaciones fluían con más soltura—quizá por el vino o porque todos estábamos más relajados. La guía respondió cada pregunta, por más loca que fuera, sobre la elaboración del vino o cómo lo beben realmente los locales en casa.
El viaje de regreso fue más tranquilo—quizá todos estábamos llenos o simplemente contentos. La luz del sol se colaba por la ventana de la furgoneta y caía sobre mi mano, y me di cuenta de que casi no había mirado el móvil en toda la mañana. Es curioso lo que se queda: el sabor de la última copa, la risa fácil de Camille, o cómo unos campos normales pueden sentirse especiales por unas horas.
Probarás al menos diez vinos diferentes durante las dos visitas a bodegas en este tour de vinos Vouvray.
Sí, el transporte está incluido en una minivan Mercedes con aire acondicionado durante todo el tour.
Sí, en ambas catas se acompañan los vinos con quesos y charcutería local como rillettes y rillons.
Claro, la guía adapta las explicaciones para todos los niveles, desde novatos hasta expertos.
Los grupos son pequeños, con un máximo de 8 personas para una experiencia más cercana.
Sí, se admiten bebés y niños pequeños; se pueden llevar cochecitos o sillas de paseo a bordo.
Visitarás un viñedo al aire libre y dos bodegas subterráneas diferentes durante la mañana.
Tu día incluye transporte cómodo en minivan desde Tours a Vouvray y regreso, visitas guiadas a un viñedo y dos bodegas subterráneas, catas amplias de vinos blancos espumosos y tranquilos, además de tintos de Touraine (al menos diez en total), generosos maridajes con quesos y charcutería local como rillettes y rillons en ambas catas, agua disponible durante todo el recorrido y la experiencia guiada por un experto local que se adapta a tu nivel de curiosidad.
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