Camina por Omaha Beach donde la historia se siente cerca, explora los búnkeres de Pointe du Hoc, detente entre cruces blancas en el Cementerio Americano y termina tu día en Normandía con una cata de sidra bajo los manzanos. Momentos de silencio y relatos sinceros que te acompañarán mucho después de volver a París.
Lo primero que noté en Omaha Beach fue el viento — cortante y salado, que traía una mezcla extraña de silencio y recuerdos. Nuestro guía, Pierre, nos dejó estar en silencio un momento antes de hablar. No sé qué esperaba, pero no fue ese silencio raro ni la sensación de la arena bajo mis zapatos (más suave de lo que imaginaba). Señaló dónde desembarcaron los soldados — casi podías verlo. Alguien del grupo le preguntó si tenía familia aquí; asintió sin decir más. Eso se quedó conmigo.
Luego subimos por los búnkeres de Pointe du Hoc. La hierba todavía estaba mojada por la lluvia de la noche anterior y mis vaqueros se embarraron — algo que, de alguna forma, se sentía justo. Pierre nos contó cómo los Rangers escalaron esos acantilados con ganchos (yo ni siquiera subo una escalera sin quejarme). Los cráteres de las bombas siguen ahí, enormes y silenciosos. Difícil imaginar todo ese ruido ahora. Después visitamos el Museo Overlord: tanques, uniformes, un barco Higgins con la rampa bajada — la verdad, no esperaba sentir mucho en un museo, pero ver todo eso tan de cerca lo hizo real.
Almorzamos en un lugar pequeño cerca de la costa — mesas de madera viejas, menú en pizarra, gente local charlando mientras comían crepes y tortillas. No está incluido en el tour, así que eliges lo que quieres (yo pedí tortilla y no me arrepiento). Más tarde, en el Cementerio Americano, Pierre nos guió entre las filas de piedras blancas. Nos contó sobre los hermanos Niland — reconocí su historia de “Salvar al Soldado Ryan”. Había flores en algunas tumbas; alguien del grupo dejó una pequeña bandera. Esa parte también fue muy silenciosa.
Antes de volver a París paramos en un manzano para una cata de sidra normanda. El aire olía a manzanas y tierra. El dueño nos sirvió vasitos y trató de enseñarme a decir “cidre bouché” bien (fallé rotundamente). Era dulce, pero sin pasarse — justo lo necesario para equilibrar todo lo que habíamos visto ese día. En el camino de regreso no dejaba de pensar en ese viento de la playa y en lo diferente que se ve todo ahora.
El tour es de día completo, sale en minivan desde París y regresa por la tarde.
No, el almuerzo no está incluido. Puedes elegir tu comida en un restaurante local (espera gastar entre 10 y 20€).
Visitarás Omaha Beach, Pointe du Hoc, Museo Overlord, búnkeres alemanes, Cementerio Americano de Normandía y una sidrería local.
El grupo es pequeño, con un máximo de 8 personas.
Sí, incluye transporte ida y vuelta en minivan con aire acondicionado desde París.
La edad mínima es 7 años; menores de esa edad no pueden participar.
Sí, se hace con cualquier clima, solo lleva ropa adecuada para lluvia o viento.
Sí, la cata de sidra en una sidrería local está incluida en el tour.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en minivan desde París con guía experto; entrada sin colas al Museo Overlord; visitas guiadas a Omaha Beach, acantilados y búnkeres de Pointe du Hoc, y tiempo en el Cementerio Americano de Normandía; además de cata de zumo de manzana y sidra en una sidrería local antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?