Saborea Montmartre con una guía local: desde choupettes calientes frente al Moulin Rouge hasta boeuf bourguignon cocinado a fuego lento en un bistró acogedor, además de quesos y crepes dulces cerca del Sacré-Cœur. Ríe con las palabras mal pronunciadas y déjate sorprender por las calles serpenteantes de París.
¿Alguna vez te has preguntado si el verdadero París sabe como en las películas? Eso me repetía mientras esperábamos frente al Moulin Rouge, viendo pasar a los parisinos con bufandas (aunque fuera junio). Nuestra guía, Camille, nos hizo señas con una caja de pasteles en la mano—los llamó choupettes y nos insistió en probarlos antes de empezar a caminar. Crujientes, mantecosos y aún tibios. Seguro tuve azúcar en la barbilla durante casi todo el recorrido.
Las calles de Montmartre son más empinadas de lo que imaginaba—mis pantorrillas lo notaron—pero, la verdad, eso hacía que cada parada se sintiera como un premio. Camille tenía una forma especial de contar historias sobre los artistas que solían frecuentar esos rincones, y de alguna manera relacionaba eso con por qué el boeuf bourguignon se cocina tan lento. El plato principal llegó humeante, con un sabor intenso a vino tinto y un toque terroso que no supe identificar. Se rió cuando intenté pronunciar “bourguignon” bien (me rendí después de dos intentos). La parada de quesos fue la siguiente—Comté, Camembert y otros cuyos nombres olvidé, pero cuyos aromas se quedaron conmigo mucho más tiempo del que esperaba.
Me gustó que no se trataba solo de comer; nos deteníamos frente a pequeños bistrós mientras Camille señalaba detalles—un menú desgastado aquí, un gato dormido en la ventana allá. En un momento pasamos por la Place du Tertre, donde los pintores preparaban sus caballetes para la noche. Alguien me dio un pastelito pequeño relleno de crema de limón—no capté el nombre porque estaba demasiado concentrado en no dejarlo caer. Terminamos cerca del Sacré-Cœur con crepes recién hechos; el mío se deslizaba con chocolate por mi muñeca y ni me importó. Hay algo en comer postre con toda París a tus pies que hace olvidar los dedos pegajosos o las piernas cansadas.
El tour incluye varias paradas para aperitivos, plato principal, quesos y postres por Montmartre; reserva una tarde o noche sin prisas.
Sí, tanto almuerzo como cena están incluidos dentro de la experiencia completa de comida francesa durante el tour.
El punto de encuentro es frente al Moulin Rouge en Montmartre.
Por favor, contacta con el proveedor antes de reservar para comentar restricciones alimentarias o necesidades especiales.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; si es necesario, hay asientos especiales para infantes.
La guía puede hablar tanto inglés como francés durante el recorrido.
La ruta incluye subidas y bajadas por las colinas de Montmartre; se recomienda tener una condición física moderada debido a las calles empinadas.
Tu día incluye todas las degustaciones: comida francesa completa con aperitivos, plato principal (como boeuf bourguignon), variedad de quesos, pasteles y crepes, además de agua durante todo el recorrido. Almuerzo y cena están cubiertos mientras paseas por los rincones más sabrosos de Montmartre.
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