Recorre las calles oscuras de Williamsburg escuchando historias reales de fantasmas, piratas y brujas contadas por un guía local. Camina donde la tripulación de Barbanegra encontró su destino, intenta pronunciar el nombre de Grace Sherwood (suerte con eso) y termina en el Cementerio Jones, donde el silencio pesa más que nunca. Incluye acceso para sillas de ruedas y no necesitas entrada al área histórica—una noche que no olvidarás.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo parpadeaban las farolas de gas a lo largo de Duke of Gloucester Street en Williamsburg, como si quisieran contar sus propios secretos. Nuestra guía, Mary, llevaba una linterna de latón antigua que chirriaba un poco cada vez que la giraba. Sonrió cuando alguien preguntó si alguna vez había visto un fantasma (“todavía no, pero Ida Jones me tiene intrigada”). Se mezclaba el aire fresco de la noche con un aroma dulce que venía de una panadería cercana que aún estaba abierta. Cada poco me llegaba un olor a canela o quizá a nuez moscada mientras nos deteníamos frente a la Casa Peyton Randolph. Dicen que es el lugar más embrujado de América—yo no esperaba sentir nada, pero la piel se me erizó igual, parado allí en la oscuridad con las contraventanas bien cerradas.
Mary nos contó que la tripulación de Barbanegra fue colgada justo allí, y que algunos solían beber de su calavera (¿quién se le ocurre eso?). Tenía una forma de narrar que hacía que todo pareciera que pasó la semana pasada y no hace siglos. Todos intentamos pronunciar “Grace Sherwood” como los locales—Li se rió cuando intenté imitar el acento de Virginia; seguro lo hice fatal. Resulta que Grace fue conocida como la Bruja de Pungo y la perdonaron después de 300 años. El edificio del Capitolio se veía distinto de noche—sombras por todos lados—y por un momento creí ver a alguien moverse detrás de una de las columnas. Quizá solo fue mi imaginación después de tantas historias de fantasmas.
Lo que más me marcó fue el Cementerio Jones. Allí el silencio era absoluto, más que en cualquier otro lugar del tour—no se oían coches, solo nuestros pasos sobre la grava y el zumbido accidental del móvil de alguien (que rápidamente apagaron). Mary bajó la voz al hablar de cómo Ida Jones ronda esas tumbas. Me sorprendí conteniendo la respiración sin darme cuenta. Al final, apareció el Señor Pirata para los niños—incluso abrió un pequeño cofre para que pudieran coger “tesoros.” Fue el momento en que todos se relajaron; hasta los adultos sonreían como niños por un instante. Pero sigo pensando en ese silencio en el cementerio, ¿sabes?
Sí, los niños son bienvenidos y al final reciben pequeños tesoros del Señor Pirata.
No, no se requiere entrada para esta experiencia a pie.
Sí, todas las áreas y caminos son accesibles para sillas de ruedas durante el recorrido.
No se especifica la duración exacta, pero es un paseo nocturno con varias paradas.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante el tour.
Sí, escucharás relatos documentados sobre figuras como Barbanegra y Grace Sherwood.
No se incluye transporte; hay opciones de transporte público cerca si las necesitas.
Tu noche incluye un recorrido guiado con historias por los lugares embrujados de Colonial Williamsburg sin necesidad de entrada al área histórica; acceso total para sillas de ruedas; las familias pueden llevar cochecitos; se permiten animales de servicio; y un divertido momento de tesoros para los niños al final—todo con seguridad y atención en estas calles históricas.
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