Disfruta seis paradas en el centro de Tucson con especialidades locales como pizza de elote, cochinita, tamales y el famoso hot dog sonorense, mientras escuchas historias sobre murales, historia y restaurantes familiares. Risas, sabores inesperados y momentos para recordar mucho tiempo.
Nos encontramos con nuestra guía justo dentro del Mercado, junto a una panadería llamada La Estrella—olía a azúcar recién horneada y a algo que no lograba identificar. Apenas terminé de saludar cuando nos ofreció una porción de pizza de elote. Maíz, queso, un toque picante—la verdad, no esperaba que me gustara tanto. Cerca, un grupo de señores mayores jugaba a las cartas, riendo en español. El ambiente era vibrante pero relajado.
De ahí salimos al sol (la luz en Tucson es intensa, casi azul), y nos detuvimos frente a una estatua de Pancho Villa en el Parque Veinte de Agosto. Nuestra guía nos contó por qué México regaló esa estatua a Tucson—de una forma que hizo que la historia se sintiera cercana. Intenté repetir “cochinita” después de ella, aunque seguro lo dije mal; ella solo sonrió. Probamos cerdo cocido a fuego lento, tan tierno que casi se deshacía en el tenedor. Unas cuadras más adelante, entramos a un teatro antiguo, lleno de detalles art déco, y nos explicó cómo el sonido se proyectaba antes de que existieran los micrófonos.
No dejaba de pensar cómo cada parada de este tour gastronómico por el centro de Tucson mostraba una faceta distinta de la ciudad: murales que cubren estacionamientos, vestíbulos de hoteles con leyendas de fantasmas (¿y tal vez fantasmas reales?), y ese lugar donde el aroma de tamales frescos te llega antes que la vista. Mi favorito fue el hot dog sonorense—desordenado pero delicioso—y un té artesanal con sabor floral, pero sin ser empalagoso. Terminamos en un restaurante mexicano familiar que lleva años en el barrio; para el postre trajeron mini chimichangas. Aún recuerdo ese último bocado.
El tour incluye seis degustaciones de platillos del suroeste.
El recorrido inicia dentro del Mercado, junto a la panadería La Estrella en el centro de Tucson.
Sí, se sirve agua en todas las degustaciones.
Es recomendable contactar al operador con anticipación para intentar cubrir requerimientos dietéticos.
Sí, todas las áreas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, visitarás lugares como el Parque Veinte de Agosto con la estatua de Pancho Villa y teatros históricos.
Se camina bastante; se recomienda llevar calzado cómodo.
Tu día incluye las seis degustaciones del suroeste—desde pizza de elote hasta tamales caseros—una taza de té artesanal o agua en cada parada, y las historias de tu guía local mientras recorres sitios históricos y restaurantes familiares por todo el centro de Tucson.
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