Recorre en bici eléctrica los barrios históricos de Jacksonville — cada bici pintada por artistas locales — cruzando el río St Johns para disfrutar vistas del skyline, parques y arte público. Historias auténticas, sorpresas (quizá hasta delfines) y ese momento en que el ruido de la ciudad queda atrás y solo queda la brisa del río. Un plan casual, cercano y lleno de momentos para recordar.
Li me entregó un casco con una pegatina que decía “Keep Jax Weird” y no pude evitar reírme — no esperaba empezar el día así. Nuestro grupo se reunió frente a un pequeño almacén en Riverside, donde ya se olía un leve aroma a protector solar y café de la tienda de al lado. Las bicis eran una locura — cada una pintada por un artista diferente de Jacksonville, así que escogías la tuya según los colores o garabatos que te llamaran la atención. La mía tenía un remolino naranja brillante. Li preguntó si alguien tenía miedo de las bicis eléctricas; la verdad, yo sí, pero me aseguró que pronto le cogeríamos el truco antes de salir a las calles principales.
Los primeros bloques fueron fáciles, deslizándonos frente a casas antiguas de ladrillo en Avondale mientras Li señalaba cuáles edificios están en el Registro Nacional de Lugares Históricos (resulta que Jacksonville tiene más que cualquier otro lugar en Florida — ¿quién lo diría?). Paramos en un parque donde alguien estaba haciendo una barbacoa, y pude oler el carbón y el césped. Hubo un momento en el nuevo puente peatonal sobre el río St Johns — el viento moviendo mi camiseta, el skyline del centro brillando al sol — donde nadie dijo nada por un rato. Solo se escuchaba el río y la risa de alguien que rebotaba en el agua.
Casi me pierdo la señal de Li para buscar delfines en la orilla del río (no vimos ninguno, pero tal vez la próxima). Pasamos por Five Points y llegamos a San Marco, donde viejas mansiones asomaban detrás de robles cubiertos de musgo español. En un momento, la campana de mi bici se quedó sonando sin parar y todos me llamaron “el camión de los helados”. No me molestó — encajaba con el ambiente relajado y amigable que había. A veces sigo pensando en esa vista desde el puente, cómo se ve Jacksonville cuando no estás atrapado en el tráfico, sino rodando con desconocidos que poco a poco se vuelven amigos.
No hay un tiempo exacto, pero cuenta con varias horas para explorar barrios como Riverside, Avondale, Five Points, San Marco y el centro.
Sí, todos los participantes reciben agua embotellada durante el recorrido.
Sí, solo pueden participar personas mayores de 18 años.
Sí, se atraviesa el río por un nuevo puente peatonal durante el paseo.
Recorrerás Riverside, Avondale, Five Points, San Marco, Springfield y el centro de la ciudad.
Sí, los domingos hay tours “Sunday Funday” que incluyen paradas en festivales locales o cervecerías.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar donde comienza el tour.
No, los guías ayudan a todos a familiarizarse antes de empezar.
Tu día incluye una bici eléctrica personalizada pintada por artistas locales, agua embotellada durante el recorrido y guías expertos que lideran cada paseo por los barrios históricos y puentes de la ciudad — sin necesidad de equipo extra ni entradas.
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