Remarás junto a suaves manatíes cerca de Titusville, verás cientos de aves regresar a Bird Island al atardecer y luego navegarás por aguas bioluminiscentes bajo la oscuridad. Un guía local te acompaña con historias y risas. Prepárate para mojarte los pies, vivir momentos de paz y alguna que otra sorpresa que recordarás mucho después de secarte.
Llegamos cerca de Titusville justo cuando la luz empezaba a suavizarse — esa hora en la que todo parece más tranquilo. Nuestro guía, Jamie, repartió chalecos salvavidas y trató de no reírse de mis “zapatos de agua” (son Crocs, y me mantengo firme). El aire olía a sal marina y calorcito. Nunca había visto un manatí antillano tan de cerca; son aún más grandes de lo que imaginaba. Uno nadó justo bajo mi kayak y rozó su lomo contra el casco — fue como un toque cariñoso de un vecino. Jamie dijo que a veces hacen eso por curiosidad o porque se aburren entre ellos.
Remar fue más fácil de lo que pensaba, aunque mis brazos sí sintieron el ejercicio. Nos dejamos llevar hacia Bird Island mientras el sol bajaba — rosas y naranjas por todos lados, pero no como en una postal, sino como si alguien hubiera pintado el cielo con acuarelas. Llegaron decenas de aves: ibis batiendo sus alas, garzas deslizándose en parejas, y hasta cucharones rosados (que son mucho más intensos de lo que imaginas). Hubo un momento en que todos dejamos de remar para escuchar — solo se oían alas y el agua moviéndose. Es curioso cómo la gente se vuelve silenciosa cerca de los animales.
No esperaba que la parte de la bioluminiscencia fuera tan mágica y extraña a la vez. Cuando oscureció lo suficiente, Jamie nos pidió pasar las manos por el agua y unas pequeñas chispas azules siguieron cada movimiento — como luciérnagas bajo el agua. Alguien intentó sacar una foto, pero la verdad no se ve; tienes que vivirlo. Mi amigo me salpicó sin querer y nos reímos a carcajadas — al parecer el agua salada sabe horrible, pero el agua que brilla lo compensa. De regreso en el coche no dejaba de pensar en ese suave empujón del manatí y en las aves silenciosas arriba. Todavía me saca una sonrisa.
El tour dura unas tres horas en total, con casi dos horas remando en el agua.
No, no incluye recogida; el punto de encuentro es en el sitio de lanzamiento, a unos 20 minutos al este de Titusville.
Lleva ropa que no te importe mojar, zapatos o sandalias para agua, un cambio extra de ropa para después, agua embotellada, snacks y opcionalmente cámara o bolsa impermeable.
No hay baños en el punto de lanzamiento; usa las instalaciones del centro de visitantes antes de llegar.
Sí, los guías enseñan técnicas básicas de remo y cuidan la seguridad; es para todos los niveles de condición física.
Los delfines suelen estar activos en la cala cercana a esta hora, pero no se garantiza verlos.
La bioluminiscencia varía según la temporada: en verano brilla el plancton, y en invierno se ven medusas luminiscentes o cielos estrellados muy claros.
Tu tarde incluye un tour guiado en kayak de dos horas con todo el equipo —kayak, remo, chaleco salvavidas (PFD), silbato de seguridad— y un guía local experto que comparte historias sobre manatíes y aves antes de regresar a la orilla ya de noche.
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