Viaja desde Fairbanks por la Dalton Highway con un guía local, cruza al Círculo Polar Ártico y contempla la Aurora Boreal sobre campos de nieve infinitos. Espera paradas para tartas, momentos tranquilos junto al río Yukon, risas en el almuerzo y, si tienes suerte, un cielo verde mientras tomas café caliente en el frío.
Confieso que estaba nervioso por pasar 14 horas en una furgoneta con desconocidos, pero apenas dejamos atrás Fairbanks y nuestro guía, Mike, señaló el primer tramo del Oleoducto Trans-Alaska serpenteando entre abetos nevados, ya había olvidado mis preocupaciones. La calefacción zumbaba (menos mal), y afuera todo parecía azul grisáceo y enorme, casi irreal. Mike nos contó historias de los trabajadores del oleoducto—al parecer hay una tradición con tartas en un mercado del norte. Nunca pensé que extrañaría una tarta en Alaska, pero ahí estaba.
La Dalton Highway se sentía como conducir por otro planeta. Paramos en un cartel que solo decía “Dalton Highway” con letras grandes, y todos aprovecharon para hacerse fotos fingiendo hacer autostop o temblar dramáticamente. Intenté decir “Yukon” como Mike (que es de Tok), pero se rió y dijo que sonaba francés. Cruzar el río Yukon fue más silencioso de lo que esperaba; solo un leve rugido bajo las ruedas y luego silencio, salvo alguien desenvolviendo su sándwich. El almuerzo fue sencillo pero calentito, algo que valoré mucho con el frío que te mordía la cara cada vez que salías.
Cuando finalmente llegamos al cartel del Círculo Polar Ártico, ya empezaba a oscurecer—una oscuridad densa. Mike repartió certificados (el mío aún huele a marcador) y sirvió café de un termo mientras todos mirábamos al cielo buscando un destello verde. Al principio no pasó nada, solo estrellas tan nítidas que te dolían los ojos si las mirabas mucho rato. Entonces alguien exhaló un suspiro—ahí estaba, tenue al principio, luego desplegándose más brillante sobre la negrura. No sabría describir qué sentí, salvo que nadie habló durante un minuto o dos. El frío en las mejillas, el café caliente en las manos, todos parpadeando ante algo que nunca logras fotografiar bien.
El tour dura entre 12 y 14 horas, según el clima y el estado de la carretera.
Sí, la recogida y regreso al hotel dentro de Fairbanks están incluidos.
Se ofrece un almuerzo sencillo; hay opciones vegetarianas si se solicitan al reservar.
No se recomienda para menores de 10 años por razones de seguridad.
No, la aurora boreal es un fenómeno natural y no se puede garantizar su aparición.
Se viaja en una furgoneta con climatización para grupos pequeños de hasta ocho personas.
Sí, hay paradas programadas en mercados y miradores con servicios disponibles.
Debes vestir en capas adecuadas para temperaturas extremas; la ropa adecuada es fundamental.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel dentro de Fairbanks, transporte en furgoneta climatizada con un guía local experto que lidera tu grupo pequeño, almuerzo (con opción vegetariana si lo pides con anticipación), café o té a bordo y tu certificado personalizado del Círculo Polar Ártico antes de regresar de noche.
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