Si buscas una forma relajada de probar la pintura en Denver, esta clase es perfecta. Tendrás guía experta, conocerás gente nueva y te irás con tu propia obra—sin presiones, solo diversión.
Al entrar al estudio, se siente un ligero aroma a pintura mezclado con algo herbal—sí, es normal aquí. Las paredes están llenas de colores vibrantes y lienzos a medio terminar de clases anteriores. Jamie, nuestro instructor, nos recibió con una sonrisa y nos entregó delantales que aún tenían restos de la obra de la semana pasada. Aquí se viene tal cual eres—no importa si nunca has tomado un pincel.
Nos acomodamos alrededor de grandes mesas, con snacks al alcance (los pretzels volaron rápido). Jamie nos guió paso a paso, pero la verdad nadie se preocupó por hacerlo “perfecto”. Sonaba música suave, algo de soul clásico, y la gente charlaba sobre sus dispensarios favoritos de Denver o dónde encontrar los mejores tacos cerca. Si querías traer tu propia hierba o bebida, nadie puso objeciones. Todo se sentía más como una reunión entre amigos que una clase formal de arte. Al final, todos nos llevamos algo hecho por nosotros, aunque el mío quedó más abstracto de lo que esperaba.
¡Claro! La clase es para principiantes y el instructor acompaña a todos paso a paso.
No, para nada. Es opcional—algunos traen el suyo, otros no usan nada.
Sí, todo el material para pintar, snacks y agua están incluidos durante la sesión.
Sí, el espacio es totalmente accesible y también se permiten animales de servicio.
Recibirás todos los materiales para pintar (lienzo, pinceles, pinturas), snacks y agua, además de la guía amigable de un artista local. Solo trae tus ganas y lo que te ayude a relajarte.
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