Recorre Chicago en un barrel bus con un guía local, probando cervezas artesanales en tres cervecerías únicas. Descubre cómo se produce la cerveza (si llevas zapatos cerrados), disfruta de muchas muestras y comparte risas con otros viajeros. Más que tachar lugares, se trata de vivir historias y quizá encontrar tu pinta favorita.
“¿Alguna vez han probado una stout de mantequilla de maní?” Así nos recibió Marcus, nuestro guía, justo cuando subíamos al Barrel Bus frente al Rainforest Cafe. Ya tenía una sonrisa cómplice, como si supiera lo que nos esperaba — y vaya que tenía razón, porque al final de la noche probé cervezas que ni sabía que existían. El bus parecía sacado de un dibujo animado, todo redondeado con madera y aros de metal, y por dentro olía a lúpulo y a ese brillo especial que le dan a los asientos.
La primera parada estaba a unos quince minutos (yo perdí la cuenta mientras charlaba con la pareja de al lado sobre sus cervecerías favoritas en casa). Pudimos entrar a una zona exclusiva — para eso hay que llevar zapatos cerrados, casi lo olvido — y el aire estaba cargado de malta y levadura. Marcus nos señaló los tanques burbujeantes y nos contó cómo la escena cervecera de Chicago explotó en la última década. Estar ahí, en ese espacio cálido y un poco ruidoso, me hizo apreciar cada sabor raro y único en mi vaso. Alguien se manchó la camisa con cerveza; a nadie le importó.
Después visitamos dos cervecerías más, cada una con su propio estilo. En una intenté decir “gracias” en polaco al bartender (Li se rió cuando lo arruiné), y en otra alguien empezó a debatir cuál IPA sabía más a pomelo. Las muestras se fueron acumulando rápido — ¿45 o 50 onzas en total? — pero nunca sentí prisa ni presión. Marcus nos llevó de un lugar a otro sin apuros, dejando que las conversaciones fluyeran. Cuando regresamos hacia el centro, con las luces de la ciudad brillando, mi cabeza estaba felizmente mareada y pensaba en lo diferente que se ve Chicago a través de una ventana empañada por la cerveza.
El tour empieza justo frente al Rainforest Cafe en Chicago.
Visitarás tres cervecerías artesanales diferentes durante el recorrido.
Sí, el transporte es en un barrel bus climatizado.
Sí, cada persona recibe entre 45 y 55 onzas de cerveza artesanal para probar.
Sí, una de las paradas incluye un recorrido detrás de cámaras en una planta (se requieren zapatos cerrados).
La edad mínima para unirse es 21 años.
Sí, un guía profesional ofrece comentarios en vivo durante todo el recorrido.
No, se requiere un mínimo de participantes; si no se alcanza, te ofrecerán otra fecha o el reembolso completo.
Tu día incluye recogida frente al Rainforest Cafe en Chicago, transporte en un barrel bus climatizado con comentarios en vivo de un guía profesional, entrada a tres cervecerías artesanales con 45-55 onzas de cerveza por persona, y un recorrido exclusivo por la planta de producción de una cervecería (si llevas zapatos cerrados), para luego regresar juntos al centro.
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