Rema por tramos tranquilos del río Tennessee cerca de Chattanooga con un guía local, mientras observas miles de grullas de corona roja durante su migración invernal. Escucha sus llamados salvajes de cerca, prueba equipo especial de kayak (incluyendo esos curiosos y cálidos mitones para remar) y disfruta con tu grupo viendo los bailes de las grullas y aprendiendo del guía — una experiencia que recordarás mucho tiempo después de volver a tierra.
Deslizamos nuestros kayaks en el río Tennessee justo cuando la niebla matutina empezaba a disiparse — primero escuchabas los llamados salvajes de las grullas antes de verlas, esos sonidos que resonaban sobre el agua. Nuestro guía, Ben, me pasó unos binoculares con una sonrisa y dijo: “Los vas a necesitar.” No sabía muy bien qué esperar; claro, había visto aves antes, pero esto era otra historia. El aire tenía ese frío punzante del invierno, pero con la chaqueta impermeable y esos curiosos mitones para remar (¿poagies? nunca había oído hablar de ellos), en realidad se estaba bastante cómodo.
Remar fue fácil una vez que arrancamos — hay algo en moverse en silencio por el río que te hace fijarte en detalles pequeños: cómo la luz del sol ilumina la escarcha en los juncos, o ese aroma a tierra mojada mezclado con aire frío que aparece de vez en cuando. En un momento Ben nos detuvo en medio del río y señaló un grupo de grullas haciendo una especie de baile torpe — alas abiertas, saltando como si quisieran impresionar a las demás. Alguien del grupo intentó imitarlas desde su kayak y casi se cae al agua (nos reímos todos, hasta Ben). Había miles de aves, de verdad — perdía la cuenta constantemente.
No esperaba sentirme tan pequeño, pero de la mejor manera. El sonido de todas esas grullas juntas es como hipnótico — no da miedo, sino… ¿ancestral? Me hizo pensar en todo el camino que recorren desde Alaska o Canadá solo para pasar el invierno aquí. Navegamos en silencio un rato, casi sin hablar, solo Ben señalando en voz baja qué significaba cada llamado (yo todavía no logro distinguirlos). El tiempo pasó volando; de repente ya estábamos regresando a la orilla y mis manos estaban más calientes de lo que pensaba.
El tour se realiza de jueves a domingo desde noviembre hasta mediados de febrero, durante la migración invernal.
Sí, se proporcionan kayaks, remos, chaquetas impermeables, poagies (mitones para remar) y binoculares.
Sí, es apto para todos los niveles físicos, aunque no se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Durante la migración máxima, puedes ver hasta 15,000 grullas en este tour ecológico en kayak.
Sí, cada salida cuenta con un guía local experto que comparte datos sobre las aves y la zona.
Tu día incluye el uso de kayaks y remos, chaquetas impermeables para mantenerte seco y abrigado incluso en el frío invierno, poagies (esos mitones para remar que sorprenden por su utilidad), binoculares para observar las aves de cerca, además de un botiquín grupal y un guía local experto que puede remolcarte si hace falta — todo listo para que solo te concentres en remar entre las grullas.
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