Recorre bosques de niebla y paisajes lunares en esta excursión de un día desde hoteles del sur de Tenerife, con paradas en el volcán Teide, el pueblo de Vilaflor, las calles de lava de Garachico, el drago de Icod de los Vinos y el pintoresco Masca. Disfruta de historias locales, tiempo libre para comer donde prefieras y momentos en los que el silencio y el paisaje te sorprenderán.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente conducir entre las nubes? Así empezó nuestro día, dejando atrás el sur de Tenerife y subiendo hacia el Teide. El aire se volvió más fino y frío (menos mal que llevé una capa extra), y nuestra guía, Marta, no paraba de señalar esos campos de lava tan extraños y hermosos, algunos aún negros por erupciones de hace más de cien años. Paramos cerca de Los Roques de García y, sinceramente, parecía que estábamos en otro planeta. El silencio allá arriba es especial, como si tus oídos esperaran algo que nunca llega.
Vilaflor me sorprendió. Es un pueblito pequeñito en lo alto —uno de los más altos de España, dicen— donde la gente vive a su ritmo. Tomamos un café en un bar donde todos se conocían. Luego, en Icod de los Vinos, Marta nos habló del drago, ese “drago milenario”. Cuenta la leyenda que si lo cortas, sangra savia roja; no lo intenté, claro, pero el árbol parece tan antiguo que te crees cualquier historia. La plaza olía a una mezcla suave de naranjas y polvo; a veces aún recuerdo ese aroma.
Después llegó Garachico, un pueblo portuario que en 1706 quedó medio sepultado por lava. Se ve cómo las calles antiguas terminan de golpe en esas rocas afiladas. Paseamos bajo árboles que daban sombra en la plaza principal, mientras algunos locales jugaban a las dominó sin prestarnos mucha atención. La comida fue sencilla: hay muchos sitios para sentarse si llevas tu propia comida, o puedes probar alguno de los restaurantes que Marta recomendó (yo me decanté por pescado a la parrilla y papas arrugadas; salado pero delicioso). Luego fuimos a Masca —la carretera tiene tantas curvas que me mareé un poco, pero la vista del barranco es impresionante. Las casas parecen pegadas a los acantilados.
No esperaba sentirme tan pequeño entre montañas y valles. No es solo ver paisajes, es recordar lo antigua que es esta isla y cómo la gente ha aprendido a vivir aquí. Si tienes un día despejado en el Teide, no olvides mirar hacia abajo: a veces se ve el mar a través de un hueco en las nubes. Así que lleva ropa abrigada (aunque haga calor en tu hotel) y quizás unos caramelos de jengibre para el camino por la montaña.
La excursión es de día completo y sale desde hoteles del sur de Tenerife.
No incluye comida; tendrás tiempo libre para comer en restaurantes recomendados o llevar tu propia comida.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la mayoría de zonas del sur de Tenerife.
Lleva ropa de abrigo, aunque haga calor abajo, y calzado cómodo para caminar.
Sí, un guía local multilingüe te acompañará y compartirá historias durante el recorrido.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o deben sentarse en el regazo de un adulto durante el transporte.
Sí, hay varias paradas en lugares con vistas espectaculares dentro del Parque Nacional del Teide y otros sitios.
Sí, habrá tiempo para pasear por el centro de Garachico o relajarse en su plaza principal.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en vehículo con aire acondicionado y un guía local multilingüe que te llevará por los paisajes volcánicos y pueblos de Tenerife. Tendrás tiempo libre para comer donde prefieras antes de volver por la tarde.
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