Bajarás del ferry español directo al bullicio de colores y sonidos de Tánger con un guía local que conoce todos los atajos. Prueba un tagine marroquí en el almuerzo, recorre antiguas murallas de la kasbah y cuevas junto al mar, toma té de menta donde se sentaron leyendas y siente ese pequeño choque cuando dos continentes se encuentran bajo tus pies.
Hassan nos esperaba justo en el puerto de Tarifa; me saludó con la mano antes de que pudiera verlo. Con total confianza se encargó de nuestros billetes para el ferry, mientras charlaba sobre su equipo de fútbol favorito mientras avanzábamos en la fila. No sé por qué, pero esperaba más lío en la frontera; en cambio, todo fue bastante tranquilo, casi relajado. El ferry fue rápido, 35 minutos, justo el tiempo para tomar un café y ver cómo el agua azul verdosa pasaba veloz. Al llegar a Tánger, el aire olía diferente, ¿más especiado? O tal vez menos salado que en España. Hassan se rió cuando intenté decir “shukran” (gracias) al oficial de aduanas; parece que mi acento necesita práctica.
La primera parada fue en el Cabo Espartel. El viento allí es salvaje, como si quisiera empujarte justo al punto donde se encuentran el Atlántico y el Mediterráneo. Hassan nos señaló cómo, si entrecerrabas los ojos, podías notar el cambio de color en el agua (yo lo intenté, pero solo vi olas). Hicimos fotos y luego seguimos por caminos polvorientos hacia las Cuevas de Hércules. Dentro, el ambiente es fresco y con ecos; la entrada de la cueva realmente parece un mapa de África si inclinas la cabeza. Había algunos viajeros, pero la mayoría eran locales tomando té de menta afuera. Aún recuerdo ese silencio extraño dentro de las cuevas.
Después visitamos la medina, con sus callejuelas estrechas llenas de voces y aromas (aceitunas, olor a pescado fresco, dulces). Paramos en el Grand Café Central para tomar té; Hassan nos contó que Anthony Bourdain solía sentarse aquí cuando visitaba Tánger. El almuerzo fue en un restaurante escondido donde sirvieron un tagine que era a la vez sencillo y lleno de sabor. Mis manos olían a comino horas después. Ah, y sí, hay paseo en camello por la playa si te animas (yo no fui muy elegante subiéndome). De regreso al puerto, Hassan selló nuestros pasaportes personalmente y nos acompañó hasta el embarque para evitar filas, un detalle pequeño pero que hizo toda la diferencia.
El ferry rápido tarda unos 35 minutos en cada trayecto entre Tarifa y Tánger.
Sí, el almuerzo en un restaurante marroquí está incluido en el tour.
Los billetes de ida y vuelta en ferry entre Tarifa y Tánger están incluidos.
Visitarás el Cabo Espartel, las Cuevas de Hércules, la Kasbah de Tánger, la medina y sus mercados, entre otros.
El tour comienza con el encuentro en el puerto de Tarifa para gestionar los billetes; no incluye recogida en hotel.
Tu guía se encargará de sellar el pasaporte y te acompañará para evitar filas.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o sillita especial para ellos.
El paseo en camello por la playa está incluido como parte de la experiencia del día.
Tu día incluye billetes de ferry rápido ida y vuelta entre Tarifa y Tánger, guía local privado durante todo el recorrido, transporte en furgoneta de lujo con agua incluida, ayuda con los pasaportes en ambos puertos para evitar filas, entradas al Cabo Espartel y Cuevas de Hércules, tiempo para explorar la kasbah y los mercados de la medina, té o café en el Grand Café Central (el favorito de Bourdain), paseo en camello por la playa si quieres, y un almuerzo completo marroquí antes de regresar cruzando continentes.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?