Recorre Madrid en e-bike con un guía local: pasa por el Palacio Real, las animadas calles de La Latina y Malasaña, y disfruta la calma del Retiro. Sorpresas en el camino: arte urbano, olor a churros y risas con el grupo. Terminarás sintiendo que viste el alma de Madrid.
No esperaba sentir tanta libertad en una e-bike por Madrid — no soy muy de bici, la verdad. Pero ahí estábamos, con los cascos un poco ladeados, saliendo de la tienda cerca de Plaza de España. Nuestro guía, Javier, nos hizo una seña para cruzar el primer tramo sin tráfico con una sonrisa como si conociera un atajo secreto. La ciudad se sentía distinta desde dos ruedas: más tranquila, aunque pasábamos rápido junto a locales discutiendo en cafés diminutos. Y en el aire flotaba un leve aroma a churros que casi me hace desviarme para seguirlo.
Paramos en el Palacio Real justo cuando el sol reflejaba sus muros de piedra — es más grande de lo que imaginaba. Javier nos contó sobre el incendio que destruyó el antiguo Alcázar en Nochebuena (nunca había oído esa historia) y señaló detalles que a pie habría pasado por alto. Cerca, unos niños jugaban al fútbol; uno lanzó la pelota directo al grupo y todos se rieron, menos yo — sigo siendo un desastre con el deporte. Desde ahí nos metimos en las calles serpenteantes de La Latina, donde aún se siente la energía de los antiguos mercados. Las piedras del suelo vibraban bajo mis ruedas y, la verdad, eso me mantenía más despierto.
Lo mejor para mí fue deslizarme por el Paseo del Prado rumbo al museo — árboles arriba, luces que se colaban y bailaban sobre el manillar. No entramos (no daba el tiempo en un tour de un día en e-bike), pero ver a la gente descansando en los bancos me dejó con ganas de volver. El Parque del Retiro fue un oasis verde después del bullicio; se oían loros chillando y alguien tocando la guitarra cerca del lago. Mis piernas casi ni notaron la distancia gracias al impulso eléctrico — menos mal, porque luego me distraje con todo el arte callejero de Malasaña.
La verdad, aún recuerdo esa brisa en el pelo y cómo Madrid se abrió ante nosotros sin cristales ni multitudes de por medio. No fue perfecto — mi español es pésimo y seguro que con el casco me veía ridículo — pero eso también formó parte del encanto.
La ruta guiada dura aproximadamente 3 horas.
Las familias con niños pequeños pueden preferir tours privados o el tour de Parques y Río, que tiene menos tráfico.
El recorrido pasa por Plaza de España, Palacio Real, Plaza Mayor, Puerta del Sol, zona del Museo del Prado, Parque del Retiro, La Latina, Malasaña y más.
Se recomienda un nivel moderado de forma física; no se requieren habilidades avanzadas gracias a las e-bikes.
No incluye recogida; la salida es desde una oficina cerca de Plaza de España.
Los tours son conducidos por guías bilingües que hablan inglés; algunos pueden hablar otros idiomas.
Los cascos son obligatorios para niños hasta 16 años y opcionales para adultos; todos están incluidos.
El tour se realiza con cualquier clima; se recomienda vestirse según la lluvia o el calor.
Tu día incluye el uso de una e-bike ajustada a tu talla y casco (obligatorio para niños), guía local bilingüe en inglés que te acompañará por los principales puntos y barrios del centro de Madrid, todo en grupos pequeños o con opción privada para mayor flexibilidad.
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