Entrarás en una vinoteca acogedora cerca de Plaza Mayor para probar tres vinos españoles—un blanco y dos tintos—con muchas risas gracias a tu guía. Escucharás historias sobre regiones locales, bromas irreverentes (y malas), y tendrás tiempo para preguntar todo lo que quieras sobre la cultura del vino en España. Es relajado, ameno y te deja con la sensación de haber probado algo auténtico, no solo otra parada turística.
Nos escapamos del bullicio justo detrás de Plaza Mayor y entramos en esta pequeña vinoteca—creo que se llamaba Madrid & Darracott. El aire dentro se sentía fresco comparado con la tarde pegajosa afuera, y las estanterías estaban llenas de botellas que nunca había visto. Nuestro guía, Luke (británico pero de alguna forma más español que yo después de varios años aquí), nos recibió con una sonrisa y enseguida empezó con sus bromas—unas buenas, otras para poner los ojos en blanco. Nos sirvió la primera copa—un blanco de Rueda—y nos dijo que no le diéramos muchas vueltas. “Solo beban,” dijo. Y así lo hicimos.
Siempre pensé que las catas de vino serían formales o pretenciosas, pero esto fue más como estar con amigos que realmente saben de lo que hablan. Probamos dos tintos después—uno intenso y con aroma casi terroso, el otro más ligero y con un toque especiado. Luke no paraba de soltar datos sobre las regiones españolas (confieso que olvidé la mitad), pero lo contaba como si fuera una historia, no una clase. Alguien preguntó por Rioja y él se lanzó con una anécdota loca de su primer viaje allí—con acentos españoles para nada buenos—y todos nos reímos a carcajadas.
Aún recuerdo cómo el último tinto se quedó en mi paladar mientras afuera alguien tocaba la guitarra en la plaza. Hay algo en beber buen vino en Madrid que simplemente encaja; tal vez sea la luz que entra por esas ventanas antiguas o cómo aquí todos hablan con las manos. En fin, si estás paseando por el centro y quieres entender el vino español sin sentirte fuera de lugar—o simplemente quieres reír con unos chistes malos de verdad—vale la pena dedicarle una hora. Me fui con ganas de comprar una botella para llevar, pero quizás solo fue una excusa para volver.
Sí, tanto la vinoteca como las opciones de transporte son accesibles para silla de ruedas.
Probarás tres copas: un blanco y dos tintos de distintas regiones españolas.
La cata se lleva a cabo en una elegante vinoteca cerca de Plaza Mayor, en el centro de Madrid.
Sí, un guía profesional dirige la cata y comparte historias sobre los vinos españoles.
Se permiten bebés y niños pequeños siempre que estén en cochecito o carrito.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca del lugar.
No incluye comida; la experiencia se centra solo en la cata de tres vinos.
Tu experiencia incluye tres vinos españoles seleccionados con cuidado (un blanco y dos tintos) que probarás dentro de una vinoteca elegante cerca de Plaza Mayor en Madrid, todo guiado por un anfitrión profesional que mantiene un ambiente distendido con historias y buen humor durante toda la visita.
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