Si buscas una experiencia diferente en Dubái, esta sesión de flyboard es pura diversión. Aprenderás rápido con instructores amables y volarás sobre aguas cálidas, además te harán fotos para que revivas tus mejores momentos.
La primera vez que me puse el flyboard, el corazón me latía más fuerte que los motores de las motos de agua cercanas. El agua en Dubái nunca está fría, ni siquiera en invierno, parece agua de baño. Nuestro instructor, Khaled, nos dio una rápida explicación en el muelle, bromeando sobre que todos se caen al menos una vez. Y tenía razón. El casco ajustaba bien y daba seguridad, y la verdad, me alegré de llevar el chaleco salvavidas, por si acaso.
Cuando estás ahí fuera, solo estás tú y la tabla. Los chorros se activan bajo tus pies y de repente empiezas a elevarte, al principio torpe, luego casi sin peso. Escuchaba a los niños reír desde una banana boat cercana y el aroma del protector solar que venía del club de playa al lado. Khaled gritaba consejos desde el agua (“¡Flexiona las rodillas! ¡Mira hacia adelante!”), y tras unos cuantos tambaleos, logré mantenerme el tiempo suficiente para ver el Burj Al Arab brillando a lo lejos. No hay nada como esa sensación cuando finalmente lo consigues, aunque te caigas una o dos veces.
¡Sí! Nuestros instructores te guían paso a paso y te proporcionan todo el equipo de seguridad. La mayoría llegan sin experiencia previa.
Puedes comprar una funda impermeable si quieres llevar tu móvil, pero el instructor también toma fotos durante la sesión.
La actividad es accesible para sillas de ruedas y tenemos asientos especiales para bebés. No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardíacos.
Tu sesión incluye una charla de seguridad, casco, chaleco salvavidas, taquilla para tus cosas y fotos tomadas por el instructor. También puedes comprar fundas impermeables y toallas si las necesitas.
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