Caminarás por senderos reales en la selva, subirás en un tram aéreo entre árboles milenarios y avistarás fauna desde un bote en el canal de Tortuguero, todo con un guía local que conoce cada rincón y historia. Es un día completo para vivir el lado salvaje de Costa Rica de cerca.
La lluvia golpeaba las ventanas de la van al salir del muelle de Limón, pero el aire era cálido, casi húmedo. Nuestro guía, Carlos, nos contó sobre las raíces afrocaribeñas de la ciudad y señaló una panadería donde compra su pan de coco favorito. Las calles vibraban con música reggae que salía de una tienda en la esquina y el aroma de plátanos fritos flotaba en el ambiente. Pasamos por murales y puestos de frutas al aire libre antes de alejarnos hacia las verdes colinas.
En la selva de Veragua, el aire cambió: más denso, con un aroma dulce y terroso. Seguimos a Carlos por un sendero resbaladizo por la lluvia de la noche anterior. Se detuvo para mostrarnos una pequeña rana dardo roja escondida bajo una hoja. El paseo en tram fue lento y abierto, deslizándose entre capas de verde. Se escuchaban las cigarras y el murmullo lejano del agua. Cerca del río, el Sendero de los Gigantes cumple su nombre: algunos árboles son tan anchos que necesitarías tres personas para abrazarlos. Si te animas, hay un camino más empinado hacia la cascada Puma; yo me quedé en la ruta principal y no me arrepentí.
Después, manejamos hasta Puerto Moín, donde pequeñas embarcaciones se mecen en el muelle. Al principio, el canal de Tortuguero parecía tranquilo, pero pronto vimos un perezoso acurrucado en un árbol de cecropia y una fila de monos aulladores cruzando por encima. Nuestro capitán, José, bajó la velocidad para que pudiéramos observar una iguana tomando el sol en una rama. Hay algo especial en deslizarse por el agua, con el canto de los pájaros y algún que otro chapuzón de pez, que te hace perder la noción del tiempo.
Los senderos son mayormente planos y el tram fácil de abordar, aunque hay algunos escalones y terreno irregular. A los niños les encanta, pero no es práctico llevar cochecitos. Personas mayores que caminen con comodidad estarán bien.
Ropa ligera, zapatos cerrados con buen agarre (porque se pone lodoso) y una chaqueta impermeable por si llueve. También es bueno llevar repelente. Proveen agua embotellada y frutas frescas.
La fauna es impredecible, pero en nuestro recorrido vimos perezosos, monos y muchas aves. Los guías son expertos en encontrar detalles que pasarías por alto solo.
Incluye caminatas guiadas por la selva, paseo en tram aéreo en Veragua, tour en bote por el canal de Tortuguero, agua embotellada, frutas tropicales frescas y transporte en vehículo con aire acondicionado. Un guía naturalista local te acompaña todo el día.
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