Sube a un buggy UTV en Tamarindo con un guía local y recorre senderos salvajes de Guanacaste hasta las arenas negras de Playa Negra y playas escondidas como Pirate’s Bay. Monos sobre ti, fruta fresca junto al mar, recogida en hotel incluida — y esos momentos de silencio o risas que recordarás para siempre.
Lo primero que pasó fue que Carlos me entregó un casco con una sonrisa y me dijo: “No te preocupes, le agarras rápido el truco.” Y tenía razón. Después de una breve práctica en el terreno polvoriento detrás de su oficina en Tamarindo (me quedé atascado una vez, pero nadie se molestó), arrancamos en esos ruidosos UTV que me hacían vibrar los dientes pero que, la verdad, daban una sensación de libertad increíble. El aire de la mañana olía a tierra caliente y sal, y de vez en cuando veía iguanas escapando entre la maleza mientras Carlos nos animaba a seguir.
Avanzamos por caminos secundarios donde el bosque se abría en claros — hojas secas crujían bajo las llantas, y en las copas se escuchaban monos haciendo ese extraño sonido como de ladrido. En un momento paramos porque alguien vio un grupo de monos aulladores cruzando justo arriba; nuestro guía se recostó en su buggy y esperó tranquilo, como si fuera algo normal. Hacía calor, pero no era insoportable, justo para que el agua fría en nuestra próxima parada supiera a gloria.
Playa Negra estaba más tranquila de lo que imaginaba — arena negra tibia bajo los pies, solo dos pescadores a lo lejos. Intenté pronunciar “Playa Negra” bien (Li se rió de mi acento), y nos quedamos un rato en silencio viendo las olas llegar. No hacía falta hablar mucho; a veces eso es lo mejor. Más tarde, en Pirate’s Bay, Carlos nos cortó piña mientras nos sentábamos sobre troncos arrastrados por el mar y dejábamos que la arena se colara en los zapatos. La fruta sabía más intensa después de tanto polvo y viento.
El regreso fue por otro camino — con más subidas, y de repente se abrían vistas impresionantes de la costa antes de volver a meternos entre los árboles. Tenía los brazos cansados, pero no quería que el paseo terminara aún. Aún ahora, cuando todo está muy tranquilo en casa, puedo escuchar el eco de esos motores de buggy en mi cabeza.
Sí, la recogida y regreso al hotel son gratis desde ubicaciones seleccionadas en Tamarindo.
No, no hace falta experiencia; los guías te enseñan antes de salir.
Visitarás Playa Negra, Puerto Viejo, Playa Minas, Pirate’s Bay y a veces playas cercanas a Playa Conchal.
Sí, durante las paradas en la playa te darán fruta fresca y agua fría.
El trayecto dura unos 45 minutos por tramo, según el estado del camino y paradas para ver animales.
En algunas playas sí, si llevas tu equipo; consulta con tu guía al llegar.
Tu día incluye recogida y regreso gratis en hotel desde puntos seleccionados en Tamarindo, todos los impuestos locales, casco y gafas para seguridad, guía local bilingüe durante todo el recorrido, además de fruta fresca y agua fría en las paradas en la playa antes de volver por rutas panorámicas por la tarde.
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