Sentirás la brisa salada en la piel mientras aprendes a surfear en Playa Hermosa con un guía local que mantiene todo relajado y auténtico. Clases en grupos pequeños que comienzan con estiramientos en arena cálida antes de lanzarse juntos a olas suaves. Con horarios flexibles y todo el equipo incluido, atraparás tu primera ola — o caerás riendo — y te llevarás el espíritu pura vida a casa.
Lo primero que noté fue la sal en el aire — no solo un toque, sino tan densa que casi podías saborearla antes de que tus pies tocaran la arena. Nos encontramos con nuestro instructor de surf, Diego, justo donde las palmeras empiezan a despejarse en el extremo norte de Playa Hermosa. Me entregó un rash guard (se sentía ajustado, pero supongo que es parte del juego) y sonrió como si ya supiera cómo iba a ir todo. Éramos tres en el grupo, todos un poco nerviosos, pero Diego se rió y dijo algo sobre que la “pura vida” es más fácil en el agua que en tierra firme.
Nunca había probado el surf antes de esta excursión a Santa Teresa desde nuestra pequeña posada cercana. La clase empezó con unos estiramientos — que probablemente necesitaba más de lo que creía — y luego Diego nos explicó las reglas básicas del surf. Practicamos cómo ponernos de pie en la tabla justo en la arena mientras unos niños locales nos miraban y gritaban consejos en español (creo que uno se burlaba de mi postura). El sol ya pegaba fuerte aunque aún no era mediodía, pero la verdad es que casi no lo sentí cuando entramos al agua.
Desde la orilla las olas parecían enormes, pero al estar dentro se sentían más suaves. Diego se quedó cerca, animándonos por encima del ruido del mar (“¡dobla las rodillas!”), y cada vez que me caía se reía y me ayudaba a levantar. En un momento logré mantenerme de pie unos dos segundos — justo el tiempo para que él celebrara y yo tragara un buen sorbo de agua salada. Hay una mezcla extraña de adrenalina y calma que te invade entre cada ola; a veces todavía recuerdo esa sensación cuando el ruido de la ciudad me abruma.
Después nos quedamos un rato sentados en las tablas, dejándonos llevar por la corriente mientras Diego señalaba pelícanos rozando las olas. Mis brazos ya estaban como gelatina, pero a nadie le importó — ni siquiera cuando casi tropiezo al volver a la arena seca. Si estás pensando en clases de surf en el norte de Santa Teresa, no te preocupes por verte bien o hacerlo perfecto. Se trata más de reírte de ti mismo y disfrutar esos pequeños momentos en que todo encaja… o casi.
Sí, las clases están diseñadas para todos los niveles, incluso para quienes nunca han surfeado.
Sí, se proporciona rash guard (UPF 20+) y tabla de surf.
Hay un instructor por cada dos o tres alumnos en cada sesión.
Sí, las clases privadas están disponibles bajo petición.
Sí, puedes elegir sesiones al amanecer o al atardecer según tu horario.
Sí, se pueden acomodar familias y grupos; solo avisa al reservar.
Las clases se llevan a cabo en Playa Hermosa, en la costa norte de Santa Teresa.
Esta actividad no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu experiencia incluye el uso de un rash guard UPF 20+ y todo el equipo necesario para surfear durante la clase en Playa Hermosa. Un instructor local guía sesiones en grupos pequeños adaptadas a tu nivel; solo tienes que llegar listo para mojarte — lo demás está cubierto.
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