Vas a probar café recién hecho en Doka mientras la niebla se levanta, asomarte al cráter humeante del Poás y caminar entre cascadas y animales en los Jardines de La Paz. Incluye desayuno, almuerzo y transporte: la esencia salvaje de Costa Rica en un solo día.
Lo primero que recuerdo es el olor—como a nuez, cálido, casi dulce—que salía de la finca cafetalera Doka mientras bajábamos del bus. Nuestro guía, Andrés, nos recibió con una sonrisa y tazas de café antes de que siquiera dijéramos buenos días. No soy de madrugar, pero ese primer sorbo con el aire fresco de la montaña fue otra cosa. Caminamos entre hileras de cafetos aún mojados por la lluvia de anoche, mientras Andrés nos contaba cómo recogen cada grano a mano. Intenté ayudar, pero solo logré ensuciarme los zapatos. El desayuno fue sencillo pero delicioso—huevos, gallo pinto, plátanos—y yo aprovechaba para servirme más café cuando nadie miraba.
En el camino hacia el Volcán Poás, las nubes se pegaban a las ventanas y todo afuera se veía de un verde intenso. Solo tuvimos unos veinte minutos en el cráter (las reglas son las reglas), pero se sintió más largo. El cráter es enorme—como mirar a otro planeta—con columnas de humo azufrado y pájaros cantando en algún lugar invisible. Andrés nos mostró diminutas flores silvestres creciendo entre las piedras. Hace más frío de lo que uno imagina; ojalá hubiera llevado una chaqueta más gruesa.
En los Jardines de Cataratas La Paz el sonido de las aves y el agua cayendo sobre las rocas es tan fuerte que a veces ni puedes pensar. Había tucanes mostrando sus pechos amarillos entre los árboles y mariposas posándose en todos los sombreros (incluido el mío). Me sorprendieron los animales: un jaguar dormido con las patas recogidas como un gato casero, colibríes moviéndose tan rápido que eran solo destellos. Los senderos se ponen resbalosos después de la lluvia, así que camina con cuidado—casi me caigo intentando sacar una foto de una cascada y terminé riéndome con una pareja de Cartago que le pasó lo mismo. El almuerzo estuvo buenísimo—arroz, frijoles (que nunca cansan), estofado de pollo—y comimos mirando todo ese verde infinito.
No dejo de pensar en ese instante en Poás cuando todo quedó en silencio, solo el viento moviendo los árboles. Quizá suene cursi, pero fue como estar al borde de algo salvaje y antiguo. Si tienes un día en San José y quieres sentir el verdadero Costa Rica fuera de la ciudad—campos de café, niebla volcánica, cascadas rugiendo en la selva—todo eso está en este recorrido.
La experiencia dura un día completo, con salida temprano desde San José y regreso por la tarde-noche.
Sí, el desayuno en la finca Doka y el almuerzo en los Jardines de Cataratas La Paz están incluidos.
Hay unos 20 minutos para admirar el cráter principal, según las regulaciones del parque nacional.
Sí, el tour incluye recogida en tu hotel de San José en vehículo con aire acondicionado.
Puedes ver tucanes, monos, jaguares, colibríes, mariposas y más, tanto en su entorno natural como en exhibiciones educativas.
Sí; los bebés pueden ir en cochecito y hay asientos especiales disponibles si se solicitan al reservar.
Se recomienda condición física moderada, ya que los senderos pueden estar resbalosos o irregulares.
Todos los boletos de entrada y los impuestos están incluidos en la reserva.
Tu día incluye recogida en hotel de San José en vehículo climatizado, visitas guiadas con entradas incluidas a la finca Doka (con desayuno), mirador del cráter del Volcán Poás (según horario del parque), senderos por los Jardines de Cataratas La Paz y un almuerzo típico antes de regresar a la ciudad.
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