Bajas del avión en el aeropuerto SJO y ves tu nombre entre la gente—sin estrés por el idioma ni filas. Un chofer local te recibe con agua embotellada y anécdotas de San José mientras te lleva cómodo directo a tu hotel. Es un comienzo fácil y personal, de esos que recuerdas mucho después del viaje.
Confieso que me puse un poco nervioso al salir de aduanas en el Juan Santamaría — mi español se limita a “gracias” y “dónde está el baño,” así que la idea de buscar taxi después de un vuelo largo no era la mejor. Pero justo entre la gente vi a un hombre con un cartel con mi nombre (escrito a mano, lo que me dio una extraña tranquilidad). Sonrió, me hizo señas y se presentó como Carlos. Creo que fue la primera vez en todo el día que respiré tranquilo.
El aire afuera me golpeó: cálido, húmedo, con ese olor a lluvia sobre el concreto. Carlos tomó mi maleta antes de que pudiera protestar (se rió cuando insistí) y me llevó a una minivan Hyundai impecable estacionada justo afuera. El ambiente era tranquilo, solo se escuchaba una radio local de fondo. Me ofreció agua fría y me preguntó si era mi primera vez en Costa Rica. Mientras manejábamos, charlamos sobre la ciudad — me señaló dónde se asomaban las montañas entre los edificios si mirabas rápido entre las calles. Honestamente, no parecía un viaje en taxi, sino como reencontrarme con un primo lejano que conoce todos los atajos.
El tráfico no estaba tan pesado — unos 25 minutos hasta el centro de San José, aunque Carlos dijo que en hora pico puede tardar más. Cambiaba sin problema entre español e inglés (probé ambos; fue paciente). En un momento me explicó por qué aquí se toca tanto la bocina — no siempre es por enojo, a veces es un “¡hey!” o un “¡cuidado!” Eso me hizo reír. Desde la ventana la ciudad se veía activa pero no abrumadora; gente saludando mientras cruzaba, vendedores de fruta bajo sombrillas gastadas.
Cuando llegamos a mi hotel, Carlos me ayudó con las maletas otra vez y me dio algunos consejos para comer cerca (aún recuerdo esas empanadas que me recomendó). No hubo prisas ni momentos incómodos — solo esa sensación de haber llegado a un lugar amigable. Si buscas un traslado privado desde el aeropuerto SJO al centro de San José, sinceramente, así lo haría otra vez.
Tu chofer te esperará en la sala de llegadas con un cartel con tu nombre.
Es un traslado privado en minivan para hasta 6 pasajeros.
Sí, tu chofer habla inglés y español.
Se monitorean todos los vuelos; tu chofer ajustará la hora si hay retrasos.
Sí, pero los niños menores de 12 años deben usar asiento elevador—por favor indica las edades al reservar.
Puedes llevar una maleta y un equipaje de mano por pasajero; verifica restricciones para equipaje grande.
Sí, se ofrece agua embotellada gratis durante el viaje.
El tiempo es aproximado y depende del tráfico—usualmente unos 25 minutos.
Tu traslado incluye recogida en el aeropuerto SJO por un chofer bilingüe que te recibirá con un cartel, te ayudará con el equipaje, te dará agua embotellada, cubrirá impuestos y estacionamientos, y te dejará directamente en tu hotel en el centro de San José en una minivan privada.
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