Manos a la obra con arroz pegajoso y nuruk mientras aprendes a preparar makgeolli tradicional en Seúl. Prueba varios tipos de vino de arroz con nuevos amigos y llévate tu propia fermentación para casa. Incluye materiales y guía local—prepárate para risas, historias y algún que otro desastre divertido.
Lo primero que noté al entrar al pequeño taller en Seúl fue ese aroma dulce y suave a arroz — nada fuerte, justo lo suficiente para despertar mi curiosidad. Nuestra guía, Minji, nos saludó con esa reverencia rápida tan típica aquí, y luego nos entregó unos recipientes de plástico (esperaba algo más elegante, pero la verdad es que funcionan perfecto). En nuestra mesa había gente de Canadá y Singapur; todos un poco tímidos al principio, pero eso cambió rápido cuando Minji sirvió la primera ronda de makgeolli para probar. Bromeó diciendo que era “el desayuno de los campeones”. Me reí más de la cuenta.
Nunca me había parado a pensar cómo se hace el makgeolli — siempre me sonaba a un experimento científico que podía salir mal. Pero Minji lo explicó de forma sencilla: arroz, nuruk (que huele un poco a tierra y levadura), y agua. Pudimos tocar todo — los granos pegajosos se me quedaron en los dedos — y nos dejó oler distintas tandas en varias etapas. El aire cambiaba: a veces era ácido y punzante, otras casi floral. Y cuando nos enseñó a filtrar con tela de quesería, armé un pequeño desastre (perdón otra vez por salpicarte, James). Pero fue muy satisfactorio ver cómo el líquido turbio caía gota a gota.
La parte de la cata fue, sin duda, mi favorita — probamos botellas comerciales junto con makgeolli casero de temporada (una casi parecía gaseosa), además de una versión clara llamada cheongju que pica un poco al pasar pero deja un calorcito en el pecho. Minji contó historias de su abuela haciendo makgeolli en temporada de lluvias; sus ojos brillaban de una forma que me hizo desear haberla conocido. Al terminar la clase, nos llevamos nuestros propios frascos para fermentar en casa (unos 1.5 litros cada uno) — yo sigo revisando el mío cada mañana como si fuera una mascota rara.
La clase tiene dos sesiones entre semana; el horario varía según el día, así que consulta la fecha que prefieras.
Sí, te llevarás unos 1.5 litros de tu propio makgeolli para fermentar en casa.
Sí, probarás makgeolli casero de temporada y comercial/tradicional durante la sesión.
Sí, incluyen todos los utensilios necesarios, como recipientes de plástico y tela para filtrar.
No, no se recomienda para embarazadas debido al contacto con alcohol.
Sí, los animales de servicio están permitidos en el taller.
Sí, la ubicación está bien comunicada con transporte público.
Tu sesión incluye instrucción práctica con una guía local en Seúl, todos los ingredientes y utensilios para preparar makgeolli, como recipientes de plástico y telas para filtrar, catas guiadas de makgeolli comercial y casero —incluyendo cheongju— y tu propio lote (unos 1.5 litros) para fermentar en casa después de la clase.
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