Recorrerás viñas históricas en las afueras de Santiago, probarás seis vinos premium en frescas bodegas de piedra con una guía local que comparte historias reales de familia, y disfrutarás maridajes pensados para cada vino. Prepárate para risas, calidez y una conexión con el lugar que sentirás mucho después de irte.
No esperaba sentir tanta calma al salir del bullicio de Santiago y entrar en Viña Cousiño Macul — está justo en la ciudad, pero de repente todo se vuelve silencio, como si las vides absorbieran el ruido del tráfico. Nuestra guía, Valentina, nos recibió con una sonrisa que me relajó al instante. Comenzó a contarnos sobre la familia Cousiño, que lleva más de 150 años haciendo vino aquí. Se sentía más como visitar la casa de alguien que un gran tour por un viñedo — incluso bromeó sobre sus intentos de poda (que según ella no son muy buenos). El aire olía a dulce suave, casi terroso, y no dejaba de fijarme en cómo la luz cambiaba entre los árboles viejos mientras caminábamos entre las hileras de vides.
Las bodegas históricas estaban más frescas de lo que imaginaba — en todos los sentidos. Paredes de piedra, techos bajos y ese olor a barricas de vino que se queda pegado a la ropa. Valentina nos dio la primera copa (creo que un Carménère) y nos habló de cómo cada uva aquí tiene su propia historia. No soy experto en vinos, pero probarlos en esas bodegas antiguas se siente distinto; tal vez por el eco o simplemente por estar rodeado de tanta historia. También nos mostró detalles pequeños — como tiza borrada en las barricas de hace décadas. Intenté decir “salud” bien y se rió porque mi acento era un desastre.
Al final probamos seis vinos en total (tres durante el paseo y tres en una degustación sentados). Cada uno venía acompañado de bocados para maridar — queso, nueces, algo dulce que no supe pronunciar pero me encantó. No había prisa; la gente se quedaba disfrutando sus copas o compartiendo historias de otros viñedos que habían visitado. En un momento, un niño pequeño empezó a reírse de fondo y a nadie le importó. Todo era muy relajado — nada rígido ni forzado. Me fui con un pequeño kit de delicias bajo el brazo y, sinceramente, todavía pienso en ese silencio tranquilo entre las barricas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del viñedo.
Probarás seis vinos en total: tres durante el recorrido y tres más en la sesión guiada de degustación.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos o carriolas.
Sí, el recorrido es accesible para sillas de ruedas en todo momento.
Sí, incluye un kit de maridaje con snacks especialmente seleccionados para cada vino.
Tu día incluye seis degustaciones de vinos premium de Cousiño Macul — tres mientras recorres viñas y bodegas históricas con tu guía, y tres más en una sesión relajada de degustación sentados, con snacks cuidadosamente maridados en tu kit antes de volver al ritmo de Santiago.
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