Conocerás a pescadores en el muelle de Santa María, verás cómo la luz juega en la cueva del Ojo Azul, compartirás un almuerzo sencillo en Espargos y sentirás la sal en la piel en las lagunas de Salinas—todo acompañado por un guía local que da vida a las historias de Isla de Sal.
“¿Quieres probar?” nos preguntó el guía, señalando a los pescadores que recogían su pesca en el muelle de Santa María. Apenas eran las 9 de la mañana, pero ya se respiraba el olor a sal y diésel, y había un ritmo tranquilo en la forma en que trabajaban los locales—sin prisa, con manos firmes desenredando redes. Intenté saludar a uno en portugués (creo que lo dije mal), pero él solo sonrió y me hizo señas para que me acercara. Esa primera parada marcó la pauta: no solo estábamos viendo Isla de Sal, estábamos viviéndola.
El camino hacia la Montaña del León fue un poco accidentado—la minivan vibraba cada vez que pasábamos por un bache—y el paisaje cambiaba de arena plana a formaciones rocosas que parecían de otro mundo. Nuestro guía, José, nos señaló antiguas casas de piedra mientras cruzábamos un pequeño pueblo pesquero. Nos contó que muchas familias tienen a alguien trabajando fuera, enviando dinero a casa. Recuerdo el aroma del pescado a la parrilla que llegaba por una ventana abierta y pensé en lo distinto que se siente todo cuando te detienes a notar esos detalles.
La siguiente parada fue el Ojo Azul. El agua realmente brilla si atrapas la luz en el momento justo—José calculó para que viéramos ese destello azul eléctrico entre las rocas. No esperaba reír tanto viendo a todos intentar (y fallar) pronunciar “Buracona.” Después fuimos a Espargos para almorzar—comida sencilla, nada sofisticado, pero aún recuerdo esa salsa picante que acompañaba el pescado. Luego seguimos hacia las Salinas, donde si tienes valor puedes probar la sal directamente del lago (es... intensa). La última parada fue caminar entre tiburones—pequeños, no te preocupes—y sentir sus aletas rozar tus tobillos. Extrañamente relajante.
Me fui con arena en los zapatos y más historias que fotos. Hay algo especial en conocer Cabo Verde así—con un guía local que conoce cada atajo y cada chiste—que se queda contigo mucho más que cualquier paisaje.
El tour es de 9:00 am hasta aproximadamente las 4:30 pm.
El tour incluye una parada para almorzar en Espargos; el costo de la comida puede variar.
Visitarás el muelle de Santa María, la Montaña del León, pueblos pesqueros, la cueva del Ojo Azul, la ciudad de Espargos, las lagunas salinas y verás tiburones de cerca.
Sí; los bebés pueden ir en cochecitos y hay asientos especiales para ellos disponibles.
El tour es apto para todos los niveles de condición física, pero no se recomienda para personas con lesiones en la columna.
El tour incluye transporte entre las paradas; si es necesario, hay opciones de transporte público cerca.
Tu día incluye la guía de un experto local certificado por los principales puntos de Isla de Sal—desde el muelle de Santa María hasta la cueva del Ojo Azul y las Salinas—además de transporte cómodo entre lugares y una pausa para almorzar tranquilamente en Espargos antes de regresar por la tarde.
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