Prueba cinco vinos búlgaros únicos en el corazón creativo de Sofía, acompañados de quesos locales y pan fresco, mientras tu anfitrión comparte historias detrás de cada copa. Ríe con nombres de uvas difíciles, descubre las raíces del vino en Bulgaria y disfruta un ambiente acogedor que queda contigo mucho después.
¿Conoces esa sensación de salir de una calle bulliciosa y que todo de repente se calme? Así fue entrar en Tempus Vini en Sofía. Está escondido en una callecita con mucho arte — se escuchan las copas tintinear en los restaurantes cercanos y llega un suave aroma a pan recién hecho. Nuestro guía, Ivan (que parecía conocer a todos los que pasaban), nos recibió con una sonrisa y empezó a servir la primera copa. No esperaba que fuera algo llamado Misket — la verdad, ni siquiera lo había oído antes de venir a Bulgaria.
Cada vino tenía su propia historia — Melnik, por ejemplo, era el favorito de Winston Churchill (Ivan nos lo repitió dos veces con un guiño), y el Mavrud tenía un sabor terroso y fuerte, casi como masticable, si eso tiene sentido. Probamos cinco vinos distintos, todos de uvas que no sabía pronunciar (¿Gumza? ¿Rubin?), pero Ivan nos hizo reír con eso. Tenía una forma de describir los sabores que te hacía prestar atención: “Imagina cerezas silvestres después de la lluvia”, dijo en un momento. Los quesos eran salados y desmenuzables — uno tan intenso que casi me hizo llorar. Y el pan estaba buenísimo, ayudaba a equilibrar todo.
Me gustó lo relajado que fue todo — sin presión para girar o oler como un experto (aunque lo intenté). Éramos pocos alrededor de la mesa, compartiendo historias de dónde veníamos. En un momento alguien preguntó sobre las regiones vinícolas búlgaras y Ivan se lanzó con toda una clase sobre los tracios haciendo vino hace miles de años. Sonaba medio mítico pero también con mucho orgullo. Aún recuerdo ese instante cuando la luz de la tarde entró por la ventana y todo se volvió cálido y dorado por un segundo.
La cata se hace en la tienda boutique Tempus Vini, en una calle con ambiente artístico en el centro de Sofía.
Probarás cinco vinos búlgaros diferentes hechos con uvas locales únicas.
Sí, se sirven quesos búlgaros locales, pan artesanal y agua mineral junto con los vinos.
Sí, la experiencia es relajada y guiada, no necesitas conocimientos previos de vino.
Sí, tanto la tienda como el transporte son accesibles para sillas de ruedas; los bebés pueden usar cochecitos.
Las catas se realizan en inglés o búlgaro.
La tienda está a solo unas calles del principal bulevar peatonal de Sofía.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Tempus Vini.
Tu experiencia incluye una cata guiada de cinco vinos búlgaros raros, elaborados con variedades locales como Misket y Mavrud en la tienda boutique Tempus Vini, en el centro de Sofía, junto con generosas porciones de quesos regionales, pan artesanal, agua mineral y muchas historias compartidas por tu anfitrión antes de volver a las calles de la ciudad.
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