Camina por los callejones de Rocinha con un guía local que creció aquí, conoce a sus habitantes, disfruta vistas desde azoteas sobre Río de Janeiro y comparte risas durante el almuerzo. Un día lleno de detalles que se quedan contigo: música que se escapa por las ventanas, aromas de comida callejera y mucho más.
Lo primero que me impactó fue el sonido: música saliendo de una ventana abierta, niños gritando en algún lugar arriba mientras nos adentrábamos en uno de los estrechos callejones de Rocinha. Maka, nuestro guía (que más parecía un vecino mostrándonos su barrio), saludó a alguien que vendía salgados en la esquina y nos contó cómo su familia creció justo ahí. El aire olía a masa frita y jabón de ropa, un aroma que no esperaba que se me quedara tan grabado.
Seguía mirando hacia arriba, al enredo de cables sobre nuestras cabezas y los vivos colores en las puertas; hay vida en cada rincón. Paramos en una tiendita donde un señor mayor nos saludó con la cabeza pero no dijo mucho; Maka nos explicó que lleva décadas al frente del negocio. En un momento, nos abrimos paso entre un grupo de niños jugando al fútbol en un espacio que apenas daba para dos personas, y mucho menos para seis. Intenté decir “bom dia” bien —Li se rió cuando lo dije mal, pero los niños sonrieron igual.
La vista desde la azotea sobre Río era increíble: casas amontonadas que bajaban hacia la ciudad, el Morro Dois Irmãos difuminado en la distancia. Allí arriba había más calma de lo que imaginaba. Maka señaló dónde estaba su escuela y nos habló de algunos proyectos culturales que están en marcha. No teníamos prisa; nadie parecía apurado. Después fuimos a almorzar a un lugarcito que él recomendó (todavía sueño con ese feijão). Todo se sintió menos como un tour y más como ser parte de la vida cotidiana de alguien: desordenada, ruidosa, auténtica.
Sí, recogemos a viajeros que se alojan en Copacabana, Ipanema o Leblon.
El recorrido es a pie por Rocinha; la duración varía según el ritmo del grupo, pero suele durar varias horas.
El tour lo lideran Maka u Obi Basilio, hermanos locales nacidos y criados en Rocinha.
Sí, durante el recorrido subirás a azoteas para disfrutar de vistas panorámicas de Río de Janeiro.
No incluye almuerzo fijo, pero el guía recomendará restaurantes locales deliciosos si tienes hambre.
Sí, es apto para todos los niveles, aunque hay algunas escaleras y caminos irregulares.
No, pero pasarás en auto cerca del Morro Dois Irmãos en camino a Rocinha.
Los guías son bilingües; el tour está disponible en inglés y portugués.
El día incluye transporte desde tu hotel en Copacabana, Ipanema o Leblon si lo necesitas, un guía local bilingüe que conoce cada rincón de memoria, tiempo para explorar tiendas y azoteas dentro de Rocinha a pie, y muchas pausas para snacks o historias antes de volver al bullicio de Río.
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