Explorarás cascadas secretas, navegarás por ríos tranquilos y nadarás en lagunas cristalinas, todo con guías locales que conocen cada atajo y leyenda. Si buscas comodidad sin perderte la naturaleza salvaje, este viaje es perfecto.
La luz del sol se colaba entre los árboles mientras comenzábamos el sendero acuático de 17 cruces. El aire se sentía fresco, casi dulce, y antes de ver la cascada Brejo Limpo ya escuchaba el murmullo del agua. No es una sola caída, sino varios niveles, cada uno con su pequeña poza. El agua estaba fresca, pero no fría, perfecta para mojar los pies después de la caminata. Nuestro guía, Paulo, nos señaló unas ranas diminutas aferradas a las rocas, fáciles de pasar por alto si no prestas atención. Más tarde, nos pusimos los flotadores para dejarnos llevar río abajo. La corriente era suave para relajarse, pero lo suficientemente fuerte para no tener que remar mucho. Recuerdo el sonido de las cigarras resonando en el valle mientras navegábamos.
A la mañana siguiente, la niebla cubría el Valle Encantado. Hay algo de calma en este lugar, solo el canto de los pájaros y el crujir de la grava bajo las botas. Paramos en un pequeño puesto para tomar jugo de piña fresco; la dueña, Dona Cida, nos contó historias de su infancia en la zona. Al mediodía llegamos al Cañón Encantado. Las formaciones rocosas parecían milenarias, capas y más capas moldeadas por el viento y la lluvia durante siglos. En la cascada Urubu Rei sentí el rocío en la cara antes de verla. Los locales dicen que aquí se pueden avistar buitres rey si tienes suerte; nosotros vimos uno volando alto.
El cuarto día nos llevó al Río Azul, conocido por los lugareños como “el río más pequeño de Brasil”. El agua es realmente tan clara como dicen; se ven peces nadando entre las piedras a tus pies. Pasamos una hora haciendo snorkel (el equipo está incluido), luego fuimos a la Playa Pequizeiro para un snack bajo la sombra de un pequi. La arena es casi blanca y suele soplar una brisa suave desde el agua.
En nuestro último día visitamos la Lagoa da Serra, una laguna escondida entre colinas suaves. El color cambia de turquesa a azul profundo según dónde te pongas. Me metí hasta las rodillas y observé libélulas rozando la superficie. El silencio solo se rompe con algún chapuzón ocasional. De vuelta en la posada, noté que todas las habitaciones tenían aire acondicionado (un alivio para el calor de la tarde), buen Wi-Fi y minibar con guaraná local.
¡Sí! Las familias son bienvenidas. Solo ten en cuenta que los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
Ropa ligera para caminar, traje de baño, protector solar, repelente y un sombrero, porque el sol pega fuerte aquí.
Se ofrecen snacks como frutas y jugos durante el recorrido; las comidas principales no están incluidas, pero hay paradas en restaurantes locales.
¡Sí! Todos los lugares donde nos quedamos tenían Wi-Fi confiable, aire acondicionado y baños privados.
El tour incluye caminatas y cruces de río; puede no ser ideal si tienes problemas de movilidad importantes o ciertas condiciones de salud.
Tu estadía incluye habitaciones con aire acondicionado, baño privado, minibar y Wi-Fi cada noche. El equipo de snorkel está incluido para las actividades en el río. Durante la aventura, recibirás frutas frescas, jugos y agua embotellada.
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