Recorrerás Pokolbin en carruaje tirado por caballos, con paradas para catar vinos en dos viñedos locales y degustar quesos y chocolates en una tienda especializada. En grupo pequeño y con un guía cercano, tendrás tiempo para disfrutar cada sabor (y reírte de tus intentos con el vino). Aquí hay espacio para la calma, buena compañía y las vistas únicas de Hunter Valley.
Antes de darte cuenta, escuchas ese suave “clop clop” bajo tus pies y notas cómo el mundo se ha vuelto más lento. Intentaba sacar una foto a las vides cuando nuestro conductor —creo que se llamaba Mick— me pasó un manojo de heno para darle de comer al caballo (me puse nerviosa y se me cayó la mitad, pero a ella no le importó). La Hunter Valley se ve distinta desde un carruaje. Te fijas en cómo la luz acaricia las hojas o en ese aroma a eucalipto mezclado con algo dulce que no lograba identificar.
Paramos en una bodega con barriles viejos apilados junto a la puerta —¿será Tamburlaine?— La mujer que nos sirvió la primera cata nos contó sobre vinos orgánicos y se rió cuando mi amigo intentó adivinar las uvas (estaba muy perdido). Sentados con la copa en mano, el tiempo parece estirarse. Sin darme cuenta, seguía tomando más queso. La cata privada fue súper relajada —nadie nos apuraba. En un momento alguien mencionó “notas de chocolate” y de repente todos empezamos a antojar ese dulce de verdad.
La última parada fue para probar quesos y chocolates —no recuerdo si fue en Pokolbin Village Smelly Cheese o en otro sitio, pero ya no me importaba. El aire dentro olía cremoso y dulce a la vez. Probamos pequeños cubos de brie y un chocolate oscuro que se quedaba pegado en los dientes. Nuestro guía nos contó historias de los productores locales mientras picábamos. De regreso, me recosté en el asiento y vi cómo las filas de viñas pasaban borrosas. Solo se oían los cascos de los caballos y alguna risa detrás de mí. Aún recuerdo esa vista —las fotos no le hacen justicia.
El tour dura un total de 3 horas.
Incluye dos catas de vino más degustaciones de queso y chocolate en tres lugares.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; pueden ir en cochecito o sentados en el regazo de un adulto.
No, solo se incluyen las catas de vino, queso y chocolate.
Las bodegas varían según disponibilidad, pero pueden incluir Pokolbin Estate, Tamburlaine Organic Wines, McGuigan Wines, Sobels Wines u otras en Pokolbin.
No, el punto de encuentro es en Pokolbin.
Es apto para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para personas con lesiones en la columna.
No se sirve alcohol a menores de 18; ellos pueden disfrutar de las degustaciones de queso y chocolate.
Tu día incluye dos catas guiadas en viñedos locales y una parada para probar quesos y chocolates, todo mientras te desplazas en carruaje tirado por caballos con un guía local que te acompaña por los paisajes de Pokolbin.
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