Saldrás de Ereván hacia el Lago Sevan con un guía local que conoce cada curva del camino. Sube los escalones del antiguo monasterio con vistas al agua azul, prueba pan caliente de manos amables y degusta trucha recién pescada junto a la orilla. Deja que el aire de montaña despeje tu mente: este día es para disfrutar sin prisas.
Con las manos pegajosas por el viento que soplaba sobre el Lago Sevan, me apoyé en la barandilla de nuestro pequeño bote mientras Arman — nuestro conductor que también hacía de guía — señalaba a un pescador sacando redes. Sonrió y dijo algo sobre “ishkhan” (trucha), que repetí intentando no equivocarme. El agua tenía un tono azul verdoso muy particular, diferente a cualquier lago que haya visto, y se mezclaba el olor a pino con algo salado. Hacía más frío de lo que esperaba para ser julio — mi chaqueta era fina, pero el sol en la cara compensaba.
Subimos juntos al Monasterio de Sevanavank, con escalones irregulares y más antiguos que cualquier cosa que conozca. Afuera, dos mujeres vendían pan; una me ofreció un trozo recién salido de su cesta y asintió cuando pregunté si podía tomarlo. La vista desde esa colina sobre el Lago Sevan es... bueno, te deja sin palabras por un momento. Arman nos contó que la península antes era una isla hasta que, en tiempos soviéticos, bajaron el nivel del agua — se encogió de hombros como si fuera algo normal por aquí.
Almorzamos en un restaurante a la orilla del lago donde en cada mesa había montones de cáscaras de cangrejo de río. Probamos la famosa trucha (otra vez el “ishkhan”), a la parrilla con hierbas, y honestamente, todavía recuerdo ese sabor cuando estoy en casa. Se escucharon risas cuando alguien en otra mesa intentó pedir en ruso y la camarera lo corrigió con cariño. Se estaba tan a gusto que nadie tenía prisa ni nos apuraba.
No esperaba sentir tanta calma en el Lago Sevan — quizá sea la altura o simplemente estar en un lugar donde el tiempo no importa. De regreso, el viaje fue tranquilo, solo se oía a Arman tarareando para sí. A veces no necesitas más que eso.
El tour suele ser de día completo, incluyendo el tiempo de viaje desde Ereván y regreso.
Sí, la recogida y devolución en hotel o puerto están incluidas en la reserva.
Probarás especialidades locales como trucha fresca (“ishkhan”), pescado sig y cangrejo de río preparado junto al lago.
Sí, se admiten bebés y niños pequeños; se pueden llevar cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
Un conductor local que también hace de guía te acompañará durante todo el recorrido.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
La subida tiene escalones irregulares pero es accesible para la mayoría; tómate tu tiempo si lo necesitas.
Tu día incluye recogida y devolución en hotel o puerto con un conductor-guía experto, agua embotellada para el trayecto, todos los impuestos locales, y tiempo suficiente para probar pescado fresco junto al Lago Sevan antes de regresar relajado por la tarde.
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