Cabalgarás por valles andinos salvajes con guías locales que conocen cada historia detrás de estas montañas. Prepárate para largas jornadas en la silla, cenas al calor del fuego bajo estrellas australes y momentos donde la historia parece tocarse. La expedición incluye todo el equipo de camping, traslados desde San Juan a Barreal y el apoyo de baqueanos expertos en la legendaria ruta de San Martín.
“¿Listos?” Así nos preguntó Martín, nuestro guía, mientras ajustaba mi silla afuera de Barreal. Yo aún luchaba con mis guantes — nervios, supongo — pero su sonrisa relajada hizo que todo se sintiera menos como un tour y más como ser parte de algo antiguo y compartido. Los caballos resoplaban en el aire fresco de la mañana, levantando polvo alrededor de sus cascos. Alguien me pasó un mate (traté de no derramarlo) y partimos rumbo a la Cordillera, con el sol asomando apenas detrás de La Ramada.
El primer día fue para acostumbrarse al ritmo de montar, que es más difícil de lo que imaginaba — las piernas se te duermen después de un rato, pero luego ni lo notas porque hay tanto para mirar. Cruzamos cauces secos donde el aire olía a salvia, y Martín señaló unos guanacos en una loma lejana. El almuerzo fue pan y queso sobre una piedra plana, pero, ¿sabes qué? Supo mejor que muchos platos de restaurante. Quizá fue el paisaje o el hambre después de tanto montar.
Jamás olvidaré llegar al Paso Espinacito — a 4.500 metros, con un viento que aullaba tan fuerte que había que gritar para escucharse. Tenía las manos congeladas incluso dentro de la chaqueta. Uno de los baqueanos (creo que se llamaba Luis) me dio un trozo de chocolate y sonrió como si todo eso fuera lo más normal del mundo. Nos contó historias del ejército de San Martín cruzando por aquí; casi podía verlos en mi mente, atravesando estos mismos valles hace dos siglos.
Las noches eran frías pero de alguna forma reconfortantes — tiendas montadas junto a ríos que sonaban como aplausos lejanos toda la noche. A veces, después de cenar, nos sentábamos sin botas a compartir historias en español y un inglés medio roto. Intenté pronunciar “Valle Hermoso” con el acento correcto; todos se rieron (pero con cariño). Hay algo en compartir el cansancio que hace que la gente se abra más rápido de lo normal.
La última mañana de regreso a Barreal fue rara — las piernas doloridas pero sin ganas de que terminara. Sigo pensando en ese silencio entre picos antes del amanecer, solo el aliento del caballo y tu propio corazón como compañía. Si buscas una travesía a caballo por los Andes que se sienta auténtica — nada armada — esta es la indicada.
La expedición tiene dificultad media/alta; se recomienda tener buena condición física y estar cómodo pasando muchas horas a caballo en altura.
Incluye equipo de camping (tiendas), traslados desde San Juan a Barreal y regreso, vehículo con aire acondicionado para apoyo, caballos/mulas con sillas, guías locales/baqueanos y comidas (excepto bebidas y postre en la cena de despedida).
La temporada es durante el verano argentino — de diciembre a marzo — cuando las condiciones climáticas son ideales para cruzar alta montaña.
No se recomienda para menores de 12 años ni personas con lesiones de columna, problemas cardiovasculares o embarazo; se requiere condición física moderada.
No es necesario tener experiencia avanzada — los guías ayudan a principiantes — pero sí es importante sentirse cómodo con los caballos porque las jornadas son largas.
Sí, todas las comidas durante el campamento están incluidas excepto las bebidas y el postre en la cena de despedida; se sirve comida sencilla de montaña al aire libre.
Se requiere un mínimo de 6 personas por reserva; los grupos son de máximo 14 para mantener una experiencia más personalizada.
Sí, el traslado desde la ciudad de San Juan está incluido como parte del traslado a Barreal antes de comenzar la expedición.
Tu viaje incluye recogida en la ciudad de San Juan con traslado a Barreal, donde conocerás a tus guías y te aclimatarás antes de salir a caballo. Todo el equipo de camping — tiendas incluidas — y vehículos de apoyo para logística están disponibles durante toda la semana siguiendo la ruta histórica de San Martín. Las comidas se preparan diariamente en el campamento (excepto bebidas y postre en la cena de despedida), para que solo te preocupes por montar y disfrutar esos paisajes andinos antes de regresar a Barreal para tu última noche.
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