Te sumergirás en el ritmo relajado de Palermo mientras pruebas vinos boutique argentinos, casi imposibles de encontrar fuera de Buenos Aires, guiado por una sommelier bilingüe que comparte historias locales y maridajes con productos artesanales del barrio. Risas, sabores nuevos, un grupo íntimo y quizás un rato de sol en el patio, para que el recuerdo dure más que cualquier souvenir.
Siempre tuve curiosidad por el vino argentino, pero esta cata en Palermo se sintió diferente desde el primer momento. Bajamos a una bodega con luz tenue, aire fresco, paredes de ladrillo viejo y un aroma a corcho mezclado con algo terroso que no supe identificar. Nuestra sommelier, Lucía, nos recibió con una calidez que hizo que pareciera más una cena entre amigos que una cata formal. Cambiaba sin esfuerzo entre inglés y español (yo intentaba seguirle el ritmo, mi español aún está en proceso), y de inmediato nos sirvió algo que nunca había visto en las tiendas de mi país.
El primer sorbo me sorprendió: un Malbec, pero no el típico de supermercado. ¿Casi salvaje? Lucía nos contó que venía de una pequeña bodega en Mendoza que solo vende a lugares como este. Pasó unas empanaditas de una panadería cercana; sinceramente, podría haberme comido cinco más. Hubo risas cuando alguien intentó pronunciar “Torrontés” (esta vez no fui yo), y en un momento Lucía nos contó cómo su abuelo pisaba las uvas descalzo cuando era niño. Todo fue sin prisas, sin presión para girar o oler “correctamente”. Me encantó eso.
Terminamos en el patio con la última copa, porque el clima se volvió suave y dorado. Se oían pájaros arriba y el ruido del tráfico a lo lejos, pero sobre todo reinaba una charla tranquila. Alguien preguntó si podíamos comprar esos vinos en otro lado; Lucía negó con la cabeza—algunas botellas son exclusivas para los invitados aquí. Eso le dio un toque especial, aunque no soy de ponerme sentimental por una bebida. Aún recuerdo esa última copa cuando veo Malbec en una carta en casa.
La experiencia dura aproximadamente 2 horas.
Sí, se sirven delicias regionales de artesanos locales junto a cada vino.
Se lleva a cabo en Palermo, ya sea en una bodega subterránea o en el patio, según el tamaño del grupo y el clima.
Sí, sommeliers profesionales bilingües en inglés y español conducen la cata.
Se puede consultar sobre reservas privadas para grupos de hasta cuatro personas o más contactándolos directamente.
Sí, ciertos vinos boutique solo están disponibles en estas catas del hotel.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
La experiencia es adecuada para todos los niveles de condición física.
Tu noche incluye catas guiadas por una sommelier bilingüe, degustación de vinos argentinos premium (algunos exclusivos), maridajes con productos regionales artesanales, todos los impuestos y tasas incluidos—y según el tamaño del grupo o el clima, te sentarás en la bodega con ambiente único o en el fresco patio de Palermo.
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