Degusta vinos premium con un experto en Hunter Valley, elige tu botella favorita y disfruta de un picnic gourmet entre las vides. Sin prisas y con mucho espacio, encontrarás tu rincón tranquilo para almorzar y quizás te quedes más tiempo del planeado.
Lo primero que recuerdo es el crujir de la grava bajo mis zapatos mientras caminábamos hacia el viñedo Audrey Wilkinson — la luz del sol reflejándose en las hileras de vides y ese suave aroma dulce a hierba en el aire. Acabábamos de recorrer su pequeño museo (me distraje con una vieja foto de cosechadores de los años 20 — todos parecían tan serios), cuando nuestro guía, Tom, nos llamó para la clase magistral de vinos. Tenía una forma tan sencilla de explicar los taninos que todo parecía menos complicado; todavía no puedo girar una copa sin pensar en su consejo de “muñeca, no codo”.
Después de probar los vinos (y sí, elegí la botella principalmente por su aroma — algo entre duraznos y tostadas), nos entregaron una cesta de picnic que pesaba más de lo que esperaba. Encontramos un rincón en el borde del viñedo desde donde se veía casi todo Hunter Valley — solo pasto, vides y un par de urracas discutiendo detrás. La comida era sencilla pero deliciosa; recuerdo morder un queso con un sabor más intenso de lo que imaginaba. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, solo se oía el viento moviendo las hojas. No esperaba sentirme tan lejos de todo — y en el mejor sentido.
Nos tomamos nuestro tiempo — ¿quizá demasiado? Pero nadie nos apuró. En un momento mi pareja intentó pronunciar “Semillón” como Tom y me hizo reír tanto que casi derramo mi copa (pero no pasó). No te das cuenta de lo grande que son 270 acres hasta que estás sentado ahí, con solo tus voces resonando alrededor. A veces aún recuerdo esa vista cuando la ciudad se vuelve demasiado ruidosa.
No, la recogida en hotel no está incluida; los invitados deben llegar por su cuenta al viñedo.
La experiencia dura aproximadamente 2 horas y ofrece horarios de inicio flexibles.
Sí, puedes informar de tus necesidades dietéticas al reservar el tour.
Sí, todas las áreas y superficies del viñedo Audrey Wilkinson son accesibles para sillas de ruedas.
Los niños pueden asistir pero deben sentarse en el regazo de un adulto; la edad mínima para beber es 18 años.
Sí, cada participante recibe una copa grabada de Audrey Wilkinson como recuerdo.
Sí, un guía profesional dirige la clase magistral y la cata de vinos premium.
Tu día incluye una visita autoguiada al museo del viñedo Audrey Wilkinson, seguida de una clase magistral con cata guiada por su experto interno. Recibirás una copa grabada de recuerdo, elegirás tu botella favorita para llevar y compartirás una cesta de picnic gourmet para dos, todo dentro de 270 acres de hermosos viñedos en Hunter Valley.
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