Destin: Tour por Crab Island y el Puerto con Paddle Boards

4.88

(188 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Ya estábamos riendo antes de zarpar en Destin—nuestra guía, Jamie, tenía esa forma de hacer que todos pareciera que nos conocíamos de toda la vida. El bote avanzó suave por el puerto, pelícanos volando bajo sobre el agua. Se olía el protector solar y la sal en el aire, una mezcla de nervios y emoción. Jamie bajó la velocidad cerca de un grupo de botes—“Estén atentos a los delfines,” dijo señalando una onda. Y justo ahí, dos aletas se levantaron junto a nosotros. No esperaba que se hiciera tan silencio mientras todos miraban—solo el suave chapoteo del agua contra el casco.

Crab Island en realidad no es una isla, sino una enorme barra de arena sumergida donde se juntan los botes y la gente se lanza al agua esmeralda hasta la cintura. El color es algo que tienes que ver para creer; casi brilla cuando le da el sol. Tomamos el equipo de snorkel (se me olvidó lo raro que se sienten las aletas), y tratamos de encontrar pequeños cangrejos que corrían bajo los pies. Alguien gritó que venía un bote de helados—nunca pensé que compraría una paleta a un vendedor flotante, pero aquí estamos. Pasaron los paddle boards; yo tambaleé más de lo que admito pero logré no caer (Li sí, y todos aplaudieron). Las lilypad mats eran tan cómodas para tirarse como parecían.

Terminé acostado un rato, medio escuchando las charlas cercanas y viendo las nubes pasar sobre la bahía de Destin. Había una brisa ligera que evitaba que el sol de Florida se sintiera demasiado fuerte. Es curioso cómo se olvida el tiempo allá afuera; dos horas parecían diez minutos. Jamie nos reunió con su clásico “¿listos, todos?” y la verdad, me habría quedado más tiempo. De regreso por el puerto, alguien vio otro delfín y todos nos movimos de un lado otra vez—seguro se veía ridículo desde la orilla.