Split, Laguna Azul y 3 Islas en lancha rápida – Tour en grupo pequeño

4.86

(2933 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Aún recuerdo la sensación al salir en la lancha rápida desde Split — ese golpe de aire salado, un poco más frío de lo que esperaba para junio. Éramos solo nueve más Luka, nuestro guía, que manejaba con una mano y señalaba islas con la otra. La primera parada fue Trogir. Había visto fotos, pero no imaginaba lo estrechas que son esas calles de piedra. Pasamos junto a un hombre que vendía higos en una cesta (me dejó probar uno, dulzón y pegajoso) y Luka nos contó que el campanario de la catedral es más viejo que muchos países. Perdí la noción del tiempo viendo a los viejos jugar a las cartas a la sombra.

Luego llegó la Laguna Azul — que los locales llaman bahía Krknjaši, aunque yo apenas podía pronunciarlo. El agua es tan clara que ves tus propios dedos aún flotando. Pedí prestado el equipo de snorkel a la tripulación (me lo dieron con una sonrisa) y nadé hasta que todo quedó en silencio, solo mi respiración y risas lejanas de otro grupo. El sol quemaba en mis hombros, pero no me importó. En la orilla hay un bar pequeñito donde tomamos algo frío — no recuerdo el nombre, pero sabía a verano.

Šolta fue la última parada, y para entonces todos estábamos medio mareados por el sol y moviéndonos despacio. Las piedras de la playa son redondas y no duelen tanto si olvidas las sandalias de agua (como me pasó a mí). Algunos se fueron a un restaurante de mariscos junto al agua; yo me quedé sentado con las piernas colgando del muelle viendo peces plateados correr. Luka charló con un viejo pescador que nos saludó — no entendí nada, pero se rieron tanto que me dieron ganas de unirme a la broma. De regreso a Split, con el pelo enredado y la piel salada, parecía que habíamos estado fuera más de medio día. A veces sigo pensando en esa luz sobre Šolta.